Más allá de la transacción: la experiencia emocional
Las agencias de publicidad entienden la construcción de marcas, pero eso no impide que los publicistas también sientan apego por ciertas marcas. ¿Por qué usan esos Converse o ese Macbook? Las marcas trascienden la simple compra. Se trata de identidad y pertenencia.
En la era digital, la tecnología ocupa un lugar privilegiado. Tu teléfono es un compañero constante y Netflix, para muchos, el canal predilecto. Pero, ¿qué pasa con las marcas que no son intrínsecamente una experiencia?
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Ahí está el quid del asunto. Una marca actual debe ser una experiencia. Tomemos como ejemplo Lacoste. Su calidad superior en polos, sumada a la historia del tenista René Lacoste (el cocodrilo), que rompió moldes con su vestimenta en la cancha, generan una conexión emocional con el comprador. Lo mismo ocurre con Nespresso. La experiencia de comprar cápsulas coloridas en una tienda de lujo, con atención premium, la convierte en algo más que un café.
Somos emocionales y sociales
Los dueños de un DeLorean, auto poco convencional, lo adoran. Quienes escriben con Montblanc no solo valoran la calidad, sino el prestigio que transmite su firma. Y los conductores de citycars se sienten inteligentes y ecológicos.
Steve Jobs lo entendió con el ecosistema cerrado de Apple. Pero Android también construyó el suyo, ofreciendo mayor personalización. La clave está en la experiencia: fluida, sólida y coherente en el caso de Apple.
Del producto a la representación
Si te centras en la relevancia y la empatía, tu marca va más allá de vender un producto. Vendrás lo que representas. La gente conecta con marcas que comparten sus valores, como lo indica el lema de Mastercard: «No tiene precio».
Para convertirte en una Lovemark
- Toca la fibra emocional: conecta con tu público a un nivel profundo a través de tu producto, visión, filosofía y esencia.
- Diseña, moldea y socializa: crea una imagen coherente entre lo que dices ser, lo que quieres ser y lo que la gente percibe.
- Construye una comunidad: genera un espacio donde tus clientes interactúen entre sí y contigo.
Ejemplos de Lovemarks: Apple, Nike, Coca-Cola, Netflix y Google.
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¿Su secreto? Identidad fuerte, conexión emocional, experiencias excepcionales, autenticidad, comunidad y responsabilidad social.
Convertirte en una Lovemark requiere esfuerzo y dedicación, pero la recompensa es una base sólida para el éxito y el amor de tus clientes.