KFC ha sorprendido a sus clientes en Estados Unidos con una inusual colaboración con la marca de velas Homesick, lanzando una serie de velas aromáticas que evocan los populares sabores de su menú. En un esfuerzo por innovar en el marketing y crear una experiencia sensorial única, KFC ha optado por el marketing olfativo, una técnica que busca conectar emocionalmente con los consumidores a través de aromas que despiertan recuerdos y sensaciones. Este método, conocido también como aromarketing, se basa en la premisa de que los olores pueden evocar emocionales poderosas y nostalgias. Así, KFC invita a los fanáticos del pollo crujiente a llevar parte de su experiencia culinaria a sus hogares.
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La colaboración arroja como resultado dos velas aromáticas distintivas: una que huele a pollo frito y otra que desprende el aroma de «buttery biscuit», o galletas de mantequilla. Cada vela se ha diseñado para capturar la esencia de las famosas recetas de KFC, permitiendo a los consumidores ambientar sus espacios con los olores característicos de las 11 hierbas y especias que han convertido el menú de KFC en un fenómeno. Con un precio de 34.95 dólares cada una, estas velas no solo son un producto, sino también una forma de recordar y compartir una experiencia sensorial vinculada a una marca muy querida.
El lanzamiento ha sido tan exitoso que, apenas cuatro días después de su salida al mercado, las velas ya mostraban el sello de “agotado” en la tienda online de KFC. Esta rápida venta sugiere que existe una alta demanda por productos que ofrezcan experiencias únicas y que conecten emocionalmente con los consumidores. Las redes sociales han reflejado la diversidad de reacciones por parte de los seguidores de la marca, mostrando un entusiasmo palpable por esta innovadora propuesta de KFC.
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Homesick, la marca detrás de estas velas, se basa en la idea de que “nada es más poderoso que un recuerdo”, lo que resalta la importancia de las emociones ligadas a los aromas. Esta colaboración no solo refuerza la idea de que las marcas pueden diversificar su oferta creativa, sino que también demuestra cómo el marketing sensorial puede abrir nuevas vías para conectar con los consumidores. Al combinar la gastronomía con el bienestar emocional que evoca un aroma, KFC y Homesick han logrado crear un producto que resonará no solo en el sentido del olfato, sino también en el corazón de quienes disfrutan de su famoso pollo.