La confianza y la amabilidad son dos factores que influyen significativamente en las ventas. Los estudios han demostrado que las personas que transmiten confianza y amabilidad son más propensas a ser percibidas como creíbles y dignas de confianza, lo que puede conducir a un aumento de las ventas de entre el 7 y el 12%.
Las características del rostro juegan un papel importante en la percepción de la confianza y la amabilidad. Las personas con rostros que parecen más felices y accesibles se perciben como más confiables. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos juicios se basan en estereotipos y pueden ser erróneos.
Una sonrisa es un signo inequívoco de confianza. Las personas que sonríen se perciben como más creíbles, dignas de confianza y atractivas. Sin embargo, es importante que la sonrisa sea genuina.
En última instancia, la confianza y la amabilidad no dependen de las características físicas, sino de la autenticidad y el respeto. Las personas que se interesan genuinamente en los demás y les hacen sentir valorados son más propensas a generar confianza y aumentar sus ventas.
Puntos clave
- La confianza y la amabilidad influyen significativamente en las ventas.
- Las características del rostro pueden influir en la percepción de la confianza y la amabilidad.
- Una sonrisa genuina es un signo inequívoco de confianza.
- La confianza y la amabilidad no dependen de las características físicas, sino de la autenticidad y el respeto.
Sabemos que los juicios sobre una persona son inmediatos, pero hay mucho más atrás de un rostro: la auto confianza, la sonrisa genuina, el mirar directamente a los ojos del interlocutor, un interés verdadero por el otro…
El verdadero “halo” en realidad no se asocia a una forma o color predeterminado, sino al carisma o la gracia que poseen quienes se interesan en los demás y los consideran personas únicas. En la capacidad de descubrir la unicidad de cada consumidor subyace nuestra verdadera confiabilidad y atractivo social.
Sonreír es un maquillaje instantáneo, que puede acentuarse cuando empleamos la sonrisa de Duchenne se caracteriza por el levantamiento bilateralmente simétrico de los labios y la activación de los músculos orbiculares, esos que actúan para abrir y cerrar los párpados y son importantes en la expresión facial. Este movimiento crea un efecto de “pata de gallo” en las comisuras de los ojos, es el símbolo de la sonrisa verdadera.
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No es el rostro un imán. Es lo que realmente somos lo que puede o no atraer a los otros. Es la autenticidad y respeto.
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