Cada primavera, en Estados Unidos, las estanterías de los supermercados ven un cambio sutil que muchos clientes pueden pasar por alto: las botellas de Coca-Cola presentan tapones amarillos. Este detalle no es meramente decorativo; tiene un significado especial relacionado con la certificación kosher, un estándar alimentario que indica que ciertos productos cumplen con las reglas dietéticas de la religión judía.
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Según la revista Tapas, la razón detrás de este cambio de color y, al mismo tiempo, de la fórmula de la bebida, está íntimamente ligada a la festividad judía de Pesaj, que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto. Durante Pesaj, los judíos que observan esta festividad llevan a cabo una serie de restricciones dietéticas más estrictas que las que siguen durante el resto del año. Normalmente, las leyes kosher dictan qué alimentos son permitidos y cómo deben ser preparados y consumidos, incluyendo cómo se sacrifican los animales y la separación de ciertos grupos de alimentos.
Uno de los aspectos más destacados de Pesaj es la prohibición del jametz, que se refiere a todos los alimentos que contienen levadura. La eliminación de jametz es crucial durante los ocho días de esta festividad, y los practicantes evitan el consumo de estos productos, así como cualquier alimento que haya tenido contacto con ellos. Esto incluye productos horneados, panes y cualquier cosa que pueda fermentar.
Además de la prohibición del jametz, muchos judíos también evitan consumir kitniyot durante Pesaj. El término «kitniyot» abarca legumbres, arroz y maíz, que pueden fermentar al cocinarse, de manera similar a cómo lo hace el pan. Este es un asunto complejo en la observancia del kosher, ya que el jarabe de maíz, un ingrediente común en muchos productos alimenticios de Estados Unidos, entra en esta categoría.
Para adaptarse a estas restricciones durante Pesaj y atender a su clientela judía, Coca-Cola decide modificar su receta original en este período. En lugar de utilizar jarabe de maíz de alto contenido en fructosa, opta por endulzar sus bebidas con azúcar de caña. Esta pequeña pero significativa alteración también resulta en un sabor ligeramente diferente, lo cual es notable para los consumidores habituales de Coca-Cola.
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El tapón amarillo, por lo tanto, no solo es un símbolo de la inclusión y el respeto hacia las prácticas dietéticas de la comunidad judía, sino que también es un recordatorio del impacto cultural y religioso que puede tener un simple producto de consumo masivo. Es un ejemplo de cómo las empresas pueden adaptarse a las necesidades de sus consumidores, reflejando la diversidad y las tradiciones que coexisten en una sociedad multicultural como la de Estados Unidos.