La tendencia de moderación en el consumo de alcohol, conocida como «zebra striping», se refiere a la práctica de alternar entre bebidas alcohólicas y no alcohólicas en entornos sociales. Aunque esta costumbre no es novedosa, ha cobrado relevancia en el Reino Unido, donde ha trascendido a una tendencia social más amplia, lo que representa no una amenaza, sino una oportunidad significativa para las marcas del sector. Esta inclinación hacia la moderación se ha visto impulsada por cambios en los hábitos de consumo que se desarrollaron principalmente durante la pandemia, lo que ha llevado a las empresas de bebidas a adaptarse a esta evolución en el comportamiento del consumidor.
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Las marcas, como Pernod Ricard y Diageo, han comenzado a explorar la categoría de bebidas con bajo o nulo contenido alcohólico, ofreciendo productos como Beefeater Light y Tanqueray 0,0%. Las cifras recientes destacan una notable reducción en el consumo de alcohol en el Reino Unido, con aproximadamente 2,6 millones de británicos menos bebiendo semanalmente desde 2021. Además, un 31% de los consumidores manifiestan cambiar de establecimiento si este no ofrece alternativas sin alcohol, lo que subraya la importancia de incluir una variedad de opciones en los menús y la necesidad de las marcas de adaptarse a estos cambios.
En España, el interés por las bebidas con bajo contenido alcohólico está en aumento, con un 45% de los consumidores ya incorporando estas opciones en sus hábitos. La investigación sugiere que la moderación en el consumo está motivada por una mayor preocupación por la salud, y ayuda a evitar consecuencias adversas del consumo excesivo. Así, la práctica de «zebra stripping» se alinea con las tendencias de bienestar y salud, lo que brinda a los productores de bebidas la oportunidad de diversificar sus ofertas y captar a un nuevo segmento de consumidores que buscan disfrutar de experiencias sociales sin los efectos del alcohol.
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Las marcas enfrentan el desafío de mantener la calidad y el sabor de sus productos mientras diversifican su línea para incluir opciones sin o con bajo contenido alcohólico. Para lograrlo, deberán invertir en estrategias de marketing que presenten estas alternativas con el mismo nivel de cuidado y atención que se aplica a las bebidas alcohólicas. Además, la distribución es fundamental; las marcas deben asegurar que los productos sin alcohol estén disponibles en diversos puntos de venta, desde supermercados hasta restaurantes. Al alinearse con la tendencia «sober-curious», las marcas pueden no solo abrir nuevas oportunidades comerciales, sino también posicionarse como promotoras de un estilo de vida más equilibrado, apostando por un consumo responsable y atractivo para los consumidores que eligen alternativas al alcohol.