Las navieras, asediadas por un mar en calma, intentan desesperadamente levantar olas en el mercado de fletes a corto plazo. A principios de noviembre, han lanzado un salvavidas en forma de aumentos tarifarios para evitar hundirse aún más. Con estos movimientos, buscan fortalecer su posición en las negociaciones con los cargadores europeos, quienes se preparan para firmar nuevos contratos a largo plazo.
Los últimos datos de Xeneta revelan un repunte de entre el 15% y el 25% en las tarifas promedio de las principales rutas desde Asia hacia el norte de Europa y el Mediterráneo. Sin embargo, este repunte es solo una pequeña ola en un océano en retirada. Las tarifas al contado, que antes tocaban el cielo, ahora se han desplomado más del 50% en ambas regiones desde finales de agosto.
La Guerra de los Fletes: Navieras y Cargadores Enfrentados
Los cargadores europeos, sorprendidos por este repentino oleaje, podrían sentirse tentados a aferrarse a sus salvavidas. Pero los expertos advierten que esta calma podría ser engañosa. Las navieras, desesperadas por mantener a flote el mercado a corto plazo, están creando una falsa sensación de seguridad. A pesar de la tormenta perfecta que sacudió las cadenas de suministro, la tendencia general es hacia aguas más tranquilas, y es poco probable que esta última ola dure mucho.
Mientras tanto, los cargadores y las navieras se encuentran en una negociación marítima de alto riesgo. Los primeros buscan contratos a largo plazo que les aseguren un viaje tranquilo en los próximos años, mientras que las segundas intentan aprovechar la ola actual para fijar tarifas más altas.
El índice global de fletes de Xeneta, que mide el costo de los contratos a largo plazo, ha comenzado a descender, lo que sugiere que los vientos soplan a favor de los cargadores. Sin embargo, la volatilidad del mercado, exacerbada por el conflicto en el Mar Rojo, ha convertido estas negociaciones en una verdadera batalla naval.
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Las navieras argumentarán que las tarifas se han disparado más del 200% en el último año debido a la crisis en el Mar Rojo, y que esta situación persistirá en 2025. Por otro lado, los cargadores, respaldados por la reciente caída de las tarifas al contado, exigirán contratos más favorables.
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En este contexto, ambas partes buscan evitar naufragar al fijar tarifas demasiado altas o demasiado bajas. Por ello, los contratos indexados, que ajustan las tarifas según las condiciones del mercado, se están convirtiendo en la brújula que guía a muchos.