La economía humana en la cadena de suministro: cómo reavivar el crecimiento de la productividad. Los bajos niveles de productividad laboral siguen siendo un desafío para los líderes de la cadena de suministro, amenazando con limitar los beneficios de las inversiones en tecnologías como la IA y la infraestructura inteligente.
Según un estudio de Gartner, los líderes de la cadena de suministro necesitan invertir en la gestión del talento de manera diferente para obtener un mayor valor de las nuevas inversiones en instalaciones, equipos y tecnología.
Cuatro motores de la economía humana para reavivar el crecimiento de la productividad de la cadena de suministro:
1. Gestión de los insumos laborales:
Incluye el costo, la ubicación y la cantidad de mano de obra que se aplica al trabajo de la cadena de suministro. Es lo primero que se debe hacer cuando se busca la reducción de costos.
2. Construcción de conocimientos:
Estos conocimientos pueden ser compartidos y utilizados tanto por actores humanos como digitales en el ecosistema.
3. Invertir en sistemas de gestión:
Estos sistemas deben motivar eficazmente al ecosistema colectivo para equilibrar el uso del capital y alcanzar los objetivos finales de la organización.
4. Alinear los sistemas de motivación:
Se debe alinear los sistemas de motivación para dar forma a los comportamientos de toma de decisiones de individuos, equipos, unidades de negocio, socios y otras partes interesadas en el ecosistema.
Invertir en resultados operativos:
El 53% de los profesionales de la cadena de suministro dijeron que el enfoque organizacional en invertir en resultados operativos, en lugar de estrategias de las personas, era el principal desafío para ofrecer un liderazgo más eficaz de la gente.
Las líderes de la cadena de suministro deben cambiar su enfoque de ver a los empleados como una oportunidad de eficiencia (un costo a controlar) a amplificadores de activos digitales y físicos (una inversión en productividad).
Tradicionalmente, las empresas han hecho hincapié en los resultados operativos y los activos físicos porque tienen un impacto inmediato y mensurable, mientras que las inversiones en el desarrollo de las personas suelen ser más difíciles de cuantificar.
Las líderes de la cadena de suministro tendrán que cartografiar la relación entre las inversiones y el aumento de la productividad en las personas, así como en una mejor utilización de los activos digitales y físicos.
La competencia por el talento en la cadena de suministro es un concurso de conocimiento y aprendizaje, no de trabajo.
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Programas de aprendizaje:
El aprendizaje social para apoyar el intercambio de conocimientos es practicado por el 68% de las organizaciones de alto rendimiento, y por sólo el 46% de las de bajo rendimiento.
El 68% de los estudiantes de alto rendimiento y los programas de desarrollo están realizando inversiones en programas de aprendizaje y desarrollo de la cadena de suministro.
Un 49% invierte en los de menor rendimiento. Entre los mejores resultados, el 50% considera la alfabetización de datos como una competencia esencial para los miembros de su equipo.
En tanto, sólo el 34% de los de menor rendimiento tienen el mismo estándar.
La economía humana en la cadena de suministro
Los líderes de la cadena de suministro realizarán en los próximos tres años inversiones críticas en la construcción de la destreza digital. Tienen un enorme interés por desarrollar los conocimientos y habilidades para aprovechar las herramientas digitales y los datos al servicio de una mayor productividad de los activos físicos de la cadena de suministro.
El conocimiento es el activo intangible más importante de las empresas y el desbloqueo del valor de los activos intangibles es la clave para lograr el crecimiento futuro de la productividad.
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Las líderes de la cadena de suministro necesitan a las mejores personas para impulsar la innovación, resolver problemas y aprender y adaptarse constantemente en un entorno cambiante.
Las líderes de la cadena de suministro deben alejarse de una visión del conocimiento como un mero elemento de costo. En su lugar, deben evaluar cómo sus inversiones en aprendizaje y desarrollo repercuten directamente en la productividad.