La crisis en el Mar Rojo sigue afectando la puntualidad del transporte marítimo. A pesar de una ligera mejora en mayo, los retrasos en la llegada de buques a los puertos mundiales persisten. Según el último informe de Sea-Intelligence, solo el 54.4% de los buques llegó a tiempo en junio, lo que representa un descenso significativo en comparación con los niveles pre-pandemia.
La crisis en el Mar Rojo, desencadenada por el conflicto en la Franja de Gaza, es el principal culpable de estos retrasos. La redirección de rutas alrededor de Yemen ha alargado significativamente los tiempos de tránsito, sumando hasta 10 días adicionales a los viajes.
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Si bien la situación ha mejorado ligeramente desde los picos de 2021 y 2022, los retrasos promedio siguen siendo superiores a los niveles pre-pandemia. Esto subraya la persistencia de las disrupciones en las cadenas de suministro globales causadas por conflictos geopolíticos.
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La crisis en el Mar Rojo ha tenido un impacto significativo en las cadenas de suministro globales, generando retrasos en el transporte marítimo y aumentando los costos. Este conflicto ha provocado que numerosas rutas comerciales se desvíen, alargando los tiempos de tránsito y generando incertidumbre en el sector marítimo.
La crisis en el Mar Rojo ha tenido un impacto considerable en la economía global, afectando a diversos sectores como el petróleo, la manufactura y el consumo. Los retrasos en el transporte de bienes esenciales han generado escasez en algunos mercados y aumentado los precios.