El transporte marítimo, un desafío colosal en la carrera hacia la descarbonización. El informe Draghi ha puesto de manifiesto la complejidad de descarbonizar el transporte marítimo, un sector fundamental para la economía global pero también uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero. A pesar de los ambiciosos objetivos fijados por la Organización Marítima Internacional (OMI) y la Unión Europea, la transición hacia combustibles limpios se enfrenta a obstáculos significativos.
Uno de los principales desafíos es la falta de disponibilidad de combustibles limpios a gran escala y a precios competitivos. Las inversiones necesarias para desarrollar una cadena de suministro de combustibles alternativos son elevadas, estimándose en unos 40.000 millones de euros anuales. Además, la diferencia de precio entre los combustibles convencionales y los limpios puede ser hasta cinco veces superior, lo que dificulta su adopción por parte de los armadores.
Para acelerar la transición hacia un transporte marítimo más sostenible, la Asociación Europea de Armadores (ECSA) ha propuesto una serie de medidas. Entre ellas destaca la necesidad de utilizar los ingresos del sistema europeo de comercio de emisiones (ETS) para reducir la brecha de precios entre los combustibles fósiles y los limpios. Esto podría lograrse mediante la creación de convocatorias específicas para el sector marítimo en el marco del Fondo de Innovación de la UE, o a través de mecanismos como las subastas como servicio y las subvenciones como servicio.
Vea también: La sostenibilidad, un imperativo para las cadenas de suministro
El transporte marítimo, un desafío colosal
Otro aspecto fundamental es el fomento de la producción de combustibles limpios en la Unión Europea. La ECSA propone reforzar las disposiciones del Reglamento marítimo FuelEU y de la Directiva RED III, introduciendo un mandato que obligue a los proveedores de combustible a producir al menos el 40% de los combustibles marítimos necesarios para cumplir los objetivos climáticos.
Para hacer realidad esta visión, es necesario desarrollar una red de infraestructuras de suministro de combustibles limpios en los puertos europeos. La próxima Estrategia Industrial Marítima debe incluir requisitos concretos para las infraestructuras portuarias, así como inversiones para convertir los principales puertos en auténticos hubs energéticos.
Vea también: El oscuro secreto de la logística: horas extra sin compensación
La descarbonización del transporte marítimo es un desafío complejo que requiere de una acción coordinada a nivel internacional y de importantes inversiones. Si bien se han establecido objetivos ambiciosos, la falta de disponibilidad de combustibles limpios a precios competitivos y la necesidad de desarrollar nuevas infraestructuras representan obstáculos significativos. Sin embargo, las soluciones propuestas por la ECSA, como la utilización de los ingresos del ETS y el fomento de la producción local de combustibles limpios, ofrecen una hoja de ruta para avanzar hacia un transporte marítimo más sostenible.