El Black Friday ha evolucionado de una simple jornada de descuentos a un fenómeno global que pone a prueba la capacidad de respuesta de las cadenas de suministro. En 2024, se espera que el volumen de envíos se dispare, lo que plantea desafíos logísticos sin precedentes.
La última milla, el tramo final de la entrega, se convierte en un cuello de botella durante estas fechas. La congestión en las ciudades, la necesidad de realizar entregas en horarios específicos y la creciente demanda de opciones de entrega flexibles obligan a las empresas de logística a innovar constantemente. La implementación de soluciones tecnológicas como la optimización de rutas en tiempo real y la entrega mediante drones puede ayudar a superar estos desafíos.
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El Black Friday registrará este año un aumento significativo de las compras
La personalización de la experiencia de entrega se ha convertido en una expectativa cada vez más común entre los consumidores. Las empresas de logística deben adaptarse a estas demandas ofreciendo opciones de entrega flexibles, como la entrega en puntos de recogida o en armarios inteligentes. Además, la utilización de datos y análisis predictivos permite ofrecer recomendaciones de productos personalizados y anticiparse a las necesidades de los clientes.
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La sostenibilidad es otro factor clave en la logística del Black Friday. Las empresas están buscando formas de reducir su huella de carbono y minimizar el impacto ambiental de sus operaciones. La implementación de soluciones de embalaje sostenible, la optimización de las rutas y la electrificación de las flotas son algunas de las medidas que se están adoptando para lograr este objetivo.