El auge de la inversión en IA, impacto, crecimiento y retos futuros, la inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una mera tendencia tecnológica para convertirse en un pilar fundamental del desarrollo económico y empresarial a nivel global. Lo que hace tan solo unos años parecía un área limitada a la investigación académica y la innovación en sectores de vanguardia, hoy se ha transformado en un campo que atrae miles de millones de dólares en inversiones. Desde grandes multinacionales hasta firmas de capital de riesgo, las principales fuerzas económicas del mundo están canalizando sus recursos hacia el desarrollo y expansión de la IA. Analiza los montos masivos de inversión que están impulsando proyectos de inteligencia artificial, así como su impacto en la infraestructura, la energía, el mercado laboral y la sociedad en su conjunto.
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El aumento exponencial de la inversión en IA
El desarrollo de la IA no sería posible sin el apoyo financiero que proviene tanto de empresas tecnológicas como de capitalistas de riesgo. Un estudio reciente realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó que, aunque la mayoría de los usuarios de plataformas de IA generativa, como ChatGPT de OpenAI, no pagan por estos servicios, las grandes compañías tecnológicas están destinando una parte significativa de su presupuesto a esta área para no quedarse atrás en la carrera tecnológica. Alphabet, la empresa matriz de Google, ha sido una de las principales impulsoras de esta tendencia. En los primeros tres meses de 2020, Alphabet destinó aproximadamente 6.000 millones de dólares a la inteligencia artificial; sin embargo, para el segundo trimestre de 2024, esta cifra se había más que duplicado, alcanzando los 14.000 millones de dólares.
Este aumento no es exclusivo de Alphabet. Otras gigantes tecnológicas como Amazon, Microsoft y Meta también han incrementado sustancialmente su inversión en IA. En conjunto, estas cuatro empresas pasaron de destinar 21.000 millones de dólares en el segundo trimestre de 2020 a casi 53.000 millones de dólares en el mismo periodo de 2024. Este crecimiento refleja la importancia que estas compañías le dan a la IA no solo como una herramienta de innovación, sino también como un motor esencial para su futuro competitivo en un mercado global.
Centros de datos y la creciente demanda energética
Una de las áreas más visibles donde se materializa la inversión en IA es en la infraestructura de centros de datos. Estos centros son esenciales para procesar las enormes cantidades de información que requieren los modelos de inteligencia artificial. Entre las cuatro grandes empresas mencionadas, se ha pasado de operar 560 centros de datos en el primer trimestre de 2020 a casi 1.000 en el primer trimestre de 2024. Este incremento no solo implica un mayor número de centros, sino que también refleja la complejidad tecnológica de los chips utilizados para entrenar estos modelos, los cuales requieren un flujo constante de energía para evitar daños en los datos.
Este creciente número de centros de datos y la complejidad de los modelos de IA ha disparado el consumo energético de manera significativa. En Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, los centros de datos requerían en 2015 aproximadamente 3.850 megavatios para funcionar. Sin embargo, para 2024, la demanda energética había alcanzado los 33.675 megavatios, una cifra casi nueve veces mayor. Este aumento no solo se debe a la expansión en el número de centros, sino también a la creciente sofisticación de los chips y otros componentes que son esenciales para el entrenamiento de modelos de IA.
Impacto en el mercado laboral: nuevas oportunidades y desafíos
El impacto de la inversión en inteligencia artificial no se limita a las áreas tecnológicas y energéticas; también está transformando el mercado laboral. Según un estudio realizado por la Universidad de Maryland, las ofertas de empleo relacionadas con la IA aumentaron casi un 50% en julio de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Mientras que las ofertas de empleo en el sector tecnológico en general disminuyeron ligeramente, la IA ha demostrado ser un campo en plena expansión, ofreciendo nuevas oportunidades laborales a nivel global.
Este crecimiento en el empleo relacionado con la IA no es exclusivo de Estados Unidos. Empresas en países de todo el mundo están invirtiendo en la capacitación de sus empleados para enfrentar los desafíos y oportunidades que trae consigo la inteligencia artificial. En Colombia, por ejemplo, se han lanzado múltiples iniciativas para fomentar el desarrollo de habilidades en IA. Una de ellas es la creación de centros de IA especializados en investigación, desarrollo y aplicación de estas tecnologías, impulsados por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC).
El rol de los capitalistas de riesgo en la expansión de la IA
Si bien las grandes tecnológicas son los principales motores de la inversión en IA, no son los únicos actores relevantes en este campo. Las firmas de capital de riesgo también están desempeñando un papel crucial en el financiamiento de startups que trabajan en inteligencia artificial. Según datos de PitchBook, las inversiones en IA por parte de capitalistas de riesgo alcanzaron los 64.100 millones de dólares a finales de agosto de 2024, una cifra cercana al total invertido en todo el año 2020. Aunque 2021 fue el año del mayor auge, con inversiones que superaron los 125.000 millones de dólares, existe la posibilidad de que el año 2024 cierre con un récord aún mayor.
Una de las firmas de capital de riesgo más destacadas en este campo es Sequoia Capital, que ha centrado gran parte de sus esfuerzos en IA. Sin embargo, Sequoia ha advertido sobre los desafíos que enfrenta este sector en términos de rentabilidad. Según sus estimaciones, para que las inversiones en centros de datos y chips sean justificadas, las empresas de inteligencia artificial tendrían que generar ingresos por 600.000 millones de dólares en los próximos años. A pesar de esto, líderes de la industria como Sundar Pichai, CEO de Alphabet, y Mark Zuckerberg, CEO de Meta, han señalado que aunque el camino hacia la monetización de la IA será largo, las recompensas serán significativas a medida que estas tecnologías se consoliden.
La expansión de la IA en América Latina
El interés por la inteligencia artificial no se limita a los mercados desarrollados. En América Latina, países como Colombia están viendo un crecimiento significativo en la inversión en IA. En septiembre de 2024, Oracle y Nvidia anunciaron el lanzamiento de unidades de procesamiento gráfico (GPU) en Colombia, con el objetivo de procesar grandes volúmenes de datos y expandir el uso de la inteligencia artificial en las empresas privadas y las organizaciones gubernamentales del país. Esta iniciativa es solo un ejemplo del creciente interés de las multinacionales en expandir sus capacidades de IA en mercados emergentes.
A nivel gubernamental, el MinTIC ha estado impulsando la creación de varios centros de inteligencia artificial en Colombia. Entre ellos destacan los centros ubicados en Zipaquirá, Usme y Quinchía, que en conjunto representan una inversión de más de 100.000 millones de pesos. Estos centros están destinados a la investigación y el desarrollo de tecnologías de IA, con el objetivo de posicionar a Colombia como un líder en innovación tecnológica en la región.
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El futuro de la inversión en IA
La inteligencia artificial está transformando la forma en que las empresas y los gobiernos operan, y las inversiones en este campo seguirán creciendo en los próximos años. Desde los gigantes tecnológicos hasta los capitalistas de riesgo, todos están apostando por la IA como una de las tecnologías más disruptivas de nuestro tiempo. A medida que esta tendencia continúe, veremos un mayor desarrollo de infraestructuras, un aumento en la demanda energética, cambios en el mercado laboral y una expansión significativa de las capacidades tecnológicas en todo el mundo.
Sin embargo, junto con las oportunidades vienen desafíos importantes, especialmente en términos de rentabilidad y sostenibilidad. El reto para las empresas será encontrar formas de monetizar la IA a largo plazo mientras gestionan el aumento de costos en infraestructura y energía. Al mismo tiempo, los gobiernos y las organizaciones internacionales deberán establecer marcos regulatorios que garanticen el desarrollo ético y sostenible de la inteligencia artificial.