Se revela que el 92% de los salvadoreños no utiliza Bitcoin a diario
A pesar de los esfuerzos del gobierno salvadoreño encabezado por Nayib Bukele para convertir al Bitcoin en una herramienta de uso cotidiano, una reciente encuesta del Centro de Estudios Ciudadanos de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) reveló que el 92 % de los salvadoreños no usa esta criptomoneda en sus transacciones diarias. Esta cifra refleja una clara desconexión entre las expectativas del gobierno y la realidad en las calles, donde la mayoría de la población sigue mostrando un fuerte desinterés por adoptar esta forma de pago.
El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal en septiembre de 2021. Esta decisión histórica fue recibida con optimismo por sectores tecnológicos y financieros a nivel internacional, ya que se percibió como un experimento audaz para modernizar la economía del país. El presidente Bukele promovió el Bitcoin como una herramienta clave para el desarrollo tecnológico y el crecimiento económico, con la esperanza de que su uso generalizado ayudara a combatir la falta de inclusión financiera y atrajera inversión extranjera.
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Sin embargo, los resultados hasta ahora no han sido alentadores. La encuesta de la UFG, basada en una muestra representativa de 1.224 personas y con un margen de error del 2,8 %, confirma que el uso del Bitcoin no se ha consolidado en la vida diaria de la población. Solo un 7,5 % de los encuestados afirmó haber utilizado la criptomoneda en alguna transacción, mientras que el 0,5 % restante prefirió no responder.
Desinterés creciente: ¿qué está fallando?
El desinterés de los salvadoreños por el Bitcoin ha crecido en los últimos meses. En una encuesta similar realizada en 2023, el 88 % de los ciudadanos ya expresaba que no utilizaba la criptomoneda. Ahora, en 2024, ese porcentaje ha aumentado al 92 %, lo que sugiere que la estrategia gubernamental no está logrando los resultados esperados. En lugar de popularizarse como una opción financiera atractiva, el Bitcoin parece enfrentar cada vez más resistencia en el país.
Varios factores pueden estar contribuyendo a este fenómeno. En primer lugar, la volatilidad del Bitcoin es un elemento clave. A diferencia del dólar estadounidense, que también es moneda de curso legal en El Salvador, el valor del Bitcoin puede fluctuar significativamente en cortos periodos de tiempo. Esta característica ha generado desconfianza entre los salvadoreños, quienes prefieren una moneda más estable para sus transacciones diarias.
Por otro lado, la falta de infraestructura adecuada y la limitada educación financiera también juegan un papel importante. A pesar de los esfuerzos por implementar cajeros automáticos y plataformas digitales para facilitar el uso del Bitcoin, muchas personas no tienen acceso a la tecnología o el conocimiento necesario para manejar criptomonedas de manera segura. Además, la percepción de que el Bitcoin es una herramienta compleja y arriesgada refuerza la resistencia a su adopción.
Otro estudio, esta vez realizado por el Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), mostró que solo el 16,3 % de los salvadoreños cree que la economía ha mejorado desde la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal. En cambio, un 52,9 % de los encuestados considera que la situación económica del país no ha cambiado, mientras que un 18,6 % cree que ha empeorado.
Este pesimismo respecto al impacto del Bitcoin en la economía salvadoreña pone en duda los beneficios proclamados por el gobierno. Mientras que Bukele y su administración han argumentado que el uso de la criptomoneda ayudaría a atraer inversión extranjera, mejorar las remesas y reducir los costos de transacción, los ciudadanos no han percibido mejoras tangibles en su vida diaria.
El gobierno de Bukele ha invertido una considerable cantidad de recursos para fomentar el uso del Bitcoin en El Salvador. Inicialmente, se destinó un fideicomiso de 150 millones de dólares para facilitar la conversión de la criptomoneda en dólares, lo que permitiría a los ciudadanos usar el Bitcoin sin temor a las fluctuaciones de valor. Sin embargo, según estimaciones de la organización Cristosal, el gasto total relacionado con la implementación del Bitcoin podría alcanzar los 329 millones de dólares.
A pesar de esta inversión significativa, el impacto en la adopción de la criptomoneda ha sido limitado. Los esfuerzos gubernamentales, que incluyen incentivos como el lanzamiento de la billetera digital «Chivo» y el acceso a cajeros automáticos de Bitcoin, no han sido suficientes para cambiar la percepción pública. La encuesta de la UFG muestra que, a pesar de las facilidades tecnológicas, la mayoría de los salvadoreños sigue prefiriendo métodos de pago tradicionales.
El futuro del Bitcoin en El Salvador es incierto. Si bien el gobierno de Bukele continúa defendiendo su apuesta por la criptomoneda, la resistencia de la población y los resultados económicos mixtos plantean interrogantes sobre la sostenibilidad de esta política a largo plazo. Para que el Bitcoin logre una mayor aceptación, será necesario abordar varios desafíos.
Uno de los principales retos es la educación financiera. Si bien el gobierno ha hecho esfuerzos por explicar el funcionamiento del Bitcoin, muchos salvadoreños aún no comprenden completamente cómo utilizarlo o cómo beneficiarse de él. La implementación de programas de capacitación más amplios podría ayudar a reducir esta barrera.
Además, la estabilización del valor del Bitcoin es otro factor crucial. A menos que se encuentre una forma de mitigar su volatilidad, es poco probable que los salvadoreños confíen en la criptomoneda para sus transacciones diarias. La implementación de herramientas que ofrezcan una mayor estabilidad, como las monedas digitales respaldadas por activos, podría ser una solución.
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A pesar de los esfuerzos del gobierno de El Salvador por promover el uso del Bitcoin, una abrumadora mayoría de la población sigue sin utilizar esta criptomoneda en sus transacciones diarias. La encuesta del Centro de Estudios Ciudadanos de la Universidad Francisco Gavidia refleja que el 92 % de los salvadoreños no emplea Bitcoin, lo que evidencia una creciente resistencia a su adopción.
El optimismo inicial del presidente Bukele no ha logrado traducirse en un cambio significativo en la vida económica del país, y muchos ciudadanos siguen desconfiando de la volatilidad del Bitcoin. La inversión millonaria del gobierno aún no ha producido los resultados esperados, y el futuro del Bitcoin en El Salvador depende de cómo se aborden estos desafíos en los próximos años.