Las ventas minoristas argentinas muestran crecimiento positivo tras 21 meses de caídas
Después de 21 meses de caídas, las ventas minoristas en Argentina finalmente muestran signos de recuperación. Según el informe más reciente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el consumo minorista experimentó un crecimiento interanual de 2,9% en octubre, con una mejora mensual significativa del 7,4% en comparación con septiembre. Este cambio en la tendencia de consumo refleja tanto la influencia de factores estacionales como el Día de la Madre y una mayor confianza del consumidor, así como el impacto de promociones competitivas del sector minorista.
El peso de factores estacionales: el caso del día de la madre
Salvador Femenía, vocero de CAME, explicó en una entrevista que, aunque el Día de la Madre no tuvo resultados sobresalientes en términos de ventas, sí sumó al consumo habitual de octubre. «La fecha aportó un impulso que, aunque no fue lo suficientemente fuerte para una mejora sustancial, sí contribuyó al total mensual”, señaló Femenía. Este tipo de fechas festivas, históricamente, han ayudado al sector minorista, especialmente en épocas de crisis, al incentivar el consumo de productos específicos como indumentaria, calzado y artículos de marroquinería.
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Otro factor importante que impulsó el consumo en octubre fue el aumento en el uso de tarjetas de crédito, lo cual está ligado a una leve estabilización económica que ofrece mayor confianza en el gasto. Esta estabilidad, aunque frágil, permite que los consumidores accedan a más financiamiento para sus compras, lo que es positivo para los pequeños comercios. Además, la presencia de promociones y descuentos en varios sectores minoristas ha motivado a los consumidores a preferir las tiendas de proximidad. Las pequeñas y medianas empresas (pymes) han sabido capitalizar esta tendencia para competir con grandes superficies y mayoristas que, por su tamaño, han capturado una parte importante del mercado en los últimos meses, especialmente en productos de alta demanda como alimentos y bebidas.
Rubros en alza: alimentos, calzado y ferretería
El informe de CAME destaca que de los siete sectores analizados, cuatro mostraron un crecimiento interanual. Calzado y marroquinería lideró el aumento con un 10,3%, seguido por alimentos y bebidas (5,8%), textil e indumentaria (4,8%) y ferretería y materiales de electricidad (2,8%). Este crecimiento en alimentos y bebidas es especialmente relevante, ya que durante meses esta categoría mostró cifras negativas. En un país donde la inflación ha impactado fuertemente el poder adquisitivo, el aumento de este sector sugiere una leve recuperación en el consumo de productos esenciales, lo cual es una señal alentadora.
Sectores en declive: perfumería, hogar y farmacias
A pesar de los números positivos en ciertos rubros, otros sectores continuaron con caídas en octubre, aunque a menor ritmo. Las ventas en perfumerías cayeron un 15%, seguido de bazar, decoración y textiles para el hogar, que disminuyeron un 7,4%, y farmacias, que bajaron un 0,2%. Femenía destaca que, aunque estos sectores aún registran bajas, la magnitud de las caídas es menor que en períodos anteriores. Esto indica una posible estabilización en el consumo de estos productos no esenciales, aunque su recuperación será más lenta que la de otros sectores más demandados en la economía cotidiana.
El vocero de CAME hizo énfasis en uno de los principales retos que enfrentan los pequeños comercios: la competencia desigual con grandes supermercados y mayoristas que, gracias a programas como “Precios Justos”, logran captar un mayor número de clientes. Estos programas, que tienen como objetivo mantener precios accesibles para productos básicos, han excluido a las pymes, limitando su capacidad de competir en igualdad de condiciones. La diferencia de precios entre los productos que pueden ofrecer los grandes comercios y las tiendas pequeñas afecta de manera directa la rentabilidad de los negocios minoristas, a quienes les cuesta retener a sus clientes en un contexto de alta inflación.
La visión a futuro: Cautela y expectativas moderadas
Aunque los datos de octubre son alentadores, la CAME se muestra cautelosa respecto a los próximos meses. Según Femenía, “el 51% de los comercios aún reporta problemas de falta de ventas”. Para muchos negocios, la recuperación en octubre no representa un cambio de tendencia lo suficientemente fuerte como para garantizar un cierre de año favorable. No obstante, existe una esperanza de que diciembre pueda mostrar cifras positivas debido a que las comparaciones interanuales serán con un período de bajo desempeño en 2023. El año pasado, diciembre fue especialmente complicado debido a una fuerte devaluación que impactó los precios de manera significativa, reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores.
Para lograr una recuperación sostenible, CAME insiste en la necesidad de políticas de apoyo específicas para las pymes. La implementación de programas que permitan a los pequeños comercios acceder a beneficios similares a los de los grandes minoristas podría ayudar a reducir las diferencias de precio y mejorar la competitividad del sector. Además, políticas que faciliten el acceso a financiamiento y ofrezcan incentivos fiscales para los pequeños comercios también podrían marcar una diferencia en el desempeño económico de las pymes en los próximos meses.
El crecimiento de las ventas minoristas en octubre es un signo positivo para el sector, pero no suficiente para revertir completamente la complicada situación que enfrentan las pymes en Argentina. La recuperación es, en muchos sentidos, parcial y frágil, dependiente de factores estacionales y de una leve estabilización económica. Aunque hay señales alentadoras en rubros clave como alimentos y calzado, otros sectores aún luchan por estabilizarse.
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La CAME espera que diciembre pueda dar resultados positivos en comparación con el año pasado, aunque reconoce que el camino para las pymes seguirá lleno de desafíos. En un contexto de alta inflación y competencia desigual, los pequeños comercios necesitan apoyo para lograr una recuperación sostenible. La recuperación del sector minorista podría, con el tiempo, fortalecer el mercado interno y mejorar la economía argentina en su conjunto, siempre y cuando se adopten medidas efectivas y continuas para apoyar a las pymes.