La pobreza en Argentina bajo Milei alcanza al 73,3% de la población
La pobreza en Argentina se ha convertido en un tema central que afecta a todos los aspectos de la vida diaria. En las calles, los hogares, los supermercados, las fábricas, las tiendas, los hospitales y las escuelas, el impacto de la crisis económica es evidente. Con la llegada del gobierno de Javier Milei en diciembre de 2023, la situación no ha mejorado. Al contrario, las cifras más recientes confirman un deterioro significativo en la calidad de vida de los argentinos.
Uno de los datos más impactantes proviene de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del primer trimestre de 2024, que muestra que el 73,3% de la población vive en condiciones de pobreza o casi pobreza. Este porcentaje incluye tanto a los pobres como a aquellos que están muy cerca de serlo, lo que desvela una realidad mucho más desoladora de lo que sugieren los discursos oficiales.
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La clase media, en declive
Durante décadas, Argentina se ha considerado un país de clase media, una narrativa que aún persiste a pesar de la dramática realidad. Sin embargo, los datos actuales indican que la clase media ha disminuido de manera alarmante, y el grueso de la población está atrapado en una lucha diaria para sobrevivir. La clase media, que solía ser el motor de la economía argentina, se ha visto reducida a una fracción, mientras que la clase pobre sigue creciendo a un ritmo imparable.
El ingreso promedio es un indicador que ya no refleja la realidad social del país. Con una distribución del ingreso tan desigual, el promedio se ha desplazado hacia la derecha en la escala, lo que significa que una pequeña porción de la población concentra la mayor parte de los recursos. Por esta razón, la mediana del ingreso, que es el valor que divide la población en dos partes iguales, se considera un indicador mucho más fiable para comprender la situación económica de la mayoría de los argentinos.
¿Qué dice la encuesta permanente de hogares?
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del primer trimestre de 2024 ofrece una radiografía detallada de la pobreza en Argentina. Los datos revelan que el 68% de los hogares argentinos tienen ingresos por debajo de la media, y solo un 32% están por encima. Esta distribución desigual demuestra que el ingreso medio no es representativo de la mayoría de la población, ya que los hogares que ganan cifras cercanas al promedio son una minoría.
Si tomamos en cuenta a los «casi pobres», que son aquellos cuyos ingresos están apenas por encima del umbral de pobreza, el porcentaje de argentinos en situación precaria asciende al 73,3%. Esto significa que tres cuartas partes de la población argentina no tienen acceso a una vida digna y enfrentan dificultades para satisfacer sus necesidades básicas.
La pobreza en Argentina no es solo un concepto estadístico; es una realidad que se vive en cada rincón del país. El «malvivir», término que describe la incapacidad de llevar una vida plena, afecta a millones de argentinos que luchan día a día por acceder a servicios esenciales como la salud, la educación y la alimentación.
La inflación, que ha alcanzado niveles históricos bajo el gobierno de Milei, ha erosionado el poder adquisitivo de los hogares, haciendo que productos básicos como los alimentos sean inalcanzables para muchos. Los salarios no han seguido el ritmo de la inflación, lo que ha provocado un aumento en la desigualdad y una mayor dependencia de ayudas gubernamentales que, en muchos casos, resultan insuficientes.
La idea de que Argentina es un país de clase media se ha mantenido a lo largo de los años, a pesar de las crecientes pruebas de lo contrario. Según los expertos, esta narrativa es un obstáculo para abordar la verdadera magnitud de la crisis. Si seguimos hablando de Argentina como un país de clase media, corremos el riesgo de diseñar políticas económicas y sociales que no tienen en cuenta la realidad de la mayoría de la población.
La clase media argentina, que alguna vez fue una de las más grandes y prósperas de América Latina, se ha reducido drásticamente. Las políticas de austeridad, la inflación descontrolada y la falta de crecimiento económico han hecho que muchas familias que antes pertenecían a esta categoría ahora caigan en la pobreza o estén al borde de hacerlo.
Desde que asumió la presidencia, Milei ha implementado una serie de políticas económicas basadas en una visión ultraliberal, con el objetivo de estabilizar la economía argentina. Sin embargo, estas medidas han sido duramente criticadas por amplios sectores de la sociedad, ya que no han logrado mejorar la situación de la mayoría de los ciudadanos.
Una de las principales promesas de Milei fue la dolarización de la economía, una medida que, según sus defensores, ayudaría a combatir la inflación. Sin embargo, este proyecto ha generado controversia, ya que muchos economistas argumentan que podría empeorar la crisis al aumentar la desigualdad y dejar a los sectores más vulnerables aún más desprotegidos.
La pobreza tiene un efecto devastador no solo en el presente, sino también en el futuro de Argentina. Las generaciones más jóvenes, especialmente los niños y adolescentes que crecen en hogares pobres, enfrentan serias dificultades para acceder a una educación de calidad y a oportunidades laborales en el futuro.
La falta de acceso a una educación adecuada perpetúa el ciclo de pobreza, ya que sin las habilidades y conocimientos necesarios, las personas tienen menos posibilidades de encontrar trabajos bien remunerados. Además, la precariedad económica tiene un impacto negativo en la salud mental y física de las personas, lo que agrava aún más su situación.
La pobreza en Argentina no es solo una cuestión de cifras, sino una realidad que afecta a millones de personas todos los días. El 73,3% de la población vive en condiciones de pobreza o está muy cerca de hacerlo, una cifra alarmante que pone de relieve la magnitud de la crisis.
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Si no se reconoce esta realidad y se siguen proponiendo políticas basadas en una visión idealizada de un país de clase media, será imposible encontrar soluciones efectivas. Es fundamental que el gobierno y la sociedad en su conjunto asuman que la pobreza es la norma en Argentina y actúen en consecuencia para revertir esta tendencia.