El gusto del mañana: Los planes de la Generación Z para el futuro de la alimentación
Han crecido en tiempos de incertidumbre y saben valorar una buena oferta, pero también se preocupan profundamente por el mundo. Quieren productos que reflejen sus valores.
Imagina un grupo de jóvenes en el umbral del futuro. No tienen prisa, pero tampoco se detienen sin motivo. Avanzan con intención, tomando cada decisión como un pequeño gesto hacia el mundo en el que desean vivir. Esta es la Generación Z, y representan cómo el mundo comerá y beberá mañana.
Durante tres años, analizamos millones de momentos de consumo de alimentos y bebidas en nueve países y tres continentes para identificar 14 “momentos de demanda”: las razones detrás de por qué, particularmente la Generación Z, consume lo que consume.
La sostenibilidad como valor central
Una joven en Alemania recorre los pasillos de un supermercado. Toma una caja de proteínas de origen vegetal, la examina cuidadosamente y lee la etiqueta. Es parte de una generación con un 200 % más de probabilidades de elegir dietas altas en proteínas o veganas que las generaciones anteriores. Para ella, el sabor es importante, pero también quiere saber de dónde proviene el producto, cómo se elaboró y si forma parte de algo más grande, algo que pueda dejar al planeta un poco mejor.
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Las marcas que adopten esta mentalidad, incorporando la sostenibilidad como eje de su oferta, se destacarán y estarán más presentes en las vidas de esta nueva generación. El dato es contundente: el 41 % de sus comidas se eligen por conveniencia, pero casi siempre con un enfoque en la sostenibilidad. Las empresas que logren integrar estos valores en sus productos ganarán un lugar en su carrito y en su vida.
Salud y conveniencia
Por otro lado, un hombre de la Generación Z abre su refrigerador y examina las opciones. Tiene 20 minutos para preparar la cena antes de salir a su próxima actividad. Para él, las comidas deben ser rápidas, pero sin sacrificar la salud. Tres cuartas partes de su generación hacen lo mismo: preparan comidas en menos de 20 minutos con solo dos o tres ingredientes. Si una marca puede ofrecerle algo sencillo, nutritivo y práctico, probablemente gane un cliente fiel.
Apetito por la innovación
En el Reino Unido, una estudiante se sienta con un snack. No es un paquete de papas ni una galleta común, sino un postre de chocolate, una de las nuevas tendencias entre los jóvenes. Mientras tanto, en España, otros disfrutan fideos instantáneos, atraídos por sus sabores audaces y facilidad de preparación. La Generación Z busca marcas que se atrevan a ser diferentes, ofreciendo productos innovadores y emocionantes que añadan aventura a sus comidas. Ayudarlos a encontrar esa aventura es clave.
Comprender los momentos de demanda
No solo importa lo que comen, sino cuándo y por qué. Incluso categorías como el helado presentan diferencias. En Alemania, el “Momento Simple y Saludable” en la categoría de helados representa el 14 % del consumo de la Generación Z, casi al nivel de aquellos que solo buscan un capricho en el sofá. Las marcas que logren satisfacer esta demanda, combinando indulgencia con un toque saludable, encontrarán un nuevo espacio en las rutinas de esta generación.
Equilibrar asequibilidad y sostenibilidad
Aquí es donde todo se vuelve más complicado. La Generación Z cuida su dinero. Han crecido en tiempos inciertos y valoran las buenas ofertas, pero también se preocupan por el mundo. Buscan productos sostenibles, éticos y responsables, pero no siempre pueden pagar un precio premium. Las marcas que ofrezcan calidad y ética sin ser prohibitivas ganarán su lealtad.
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Así es la Generación Z, con sus listas de compras e ideas audaces, moldeando silenciosamente el futuro de la alimentación. Cada elección es un paso hacia un mundo donde las comidas van más allá de la supervivencia. Es un mundo donde lo que comemos dice algo sobre quiénes somos, hacia dónde vamos y cómo queremos llegar allí.