El futuro del consumo masivo en Argentina: Cuándo podría recuperarse la economía
El consumo masivo en Argentina ha mostrado señales mixtas de recuperación en los primeros meses de 2024. Según un reciente informe de NielsenIQ, empresa especializada en inteligencia del consumidor, a pesar de un contexto económico complicado, la desaceleración en la caída del consumo y la moderación en los precios podrían marcar el inicio de una posible recuperación para 2025. Sin embargo, aún persisten muchas dudas sobre si este crecimiento será sostenido en el corto plazo.
El consumo masivo en Argentina alcanzó niveles históricamente bajos en la última década. Sin embargo, en los primeros meses de 2024, los datos muestran que la caída comenzó a desacelerarse, lo que podría interpretarse como un cambio positivo en la tendencia. Esto se debe en parte a la estabilización de los precios en ciertos productos, lo que ha permitido que algunos sectores, como el de bebidas, muestren una leve recuperación.
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El informe de NielsenIQ destaca que el segmento de bebidas fue el primero en evidenciar una desaceleración en la caída del consumo, mientras que otros sectores, como los electrodomésticos y la tecnología, continuaron registrando fuertes descensos. Estos sectores, especialmente los relacionados con productos duraderos y de mayor valor, han sufrido caídas aún más pronunciadas que los productos de consumo diario, lo que refleja la cautela del consumidor argentino a la hora de hacer grandes compras en un contexto de inestabilidad económica.
Uno de los puntos más interesantes del análisis es la evolución de los canales de compra. Mientras que los supermercados, que representan un porcentaje importante del consumo masivo en Argentina, han experimentado caídas debido a la alta base de comparación, los autoservicios y otros canales tradicionales han comenzado a recuperar terreno.
Esta recuperación de los autoservicios es significativa, ya que no habían mostrado un crecimiento tan evidente en los últimos cuatro años. Los consumidores, en busca de mejores precios y cercanía, han optado por cambiar sus hábitos de compra, favoreciendo a este tipo de establecimientos que suelen ser más accesibles en términos económicos. El gasto promedio en autoservicios fue de $7.750 por visita, mientras que en los supermercados ascendió a $9.800. Esta diferencia relativamente pequeña ha incentivado a los consumidores a optar por compras de menor valor en tiendas más cercanas.
Además, el informe también destaca una creciente preferencia por las marcas económicas y las marcas propias de los supermercados, que actualmente representan la elección del 55% de los consumidores. Esta tendencia refleja la importancia que los argentinos otorgan a la búsqueda de precios bajos. Sin embargo, se ha observado una tímida recuperación de las primeras marcas, particularmente en el segmento de alimentos y bebidas, lo que sugiere una mayor polarización en los hábitos de compra.
A pesar de estas señales de desaceleración en la caída del consumo, Argentina sigue enfrentando enormes desafíos socioeconómicos. Según el informe de NielsenIQ, el 60% de la población se encuentra en el nivel socioeconómico bajo, y un 48% vive por debajo de la línea de pobreza. Estos datos demuestran la difícil situación que atraviesan millones de argentinos, lo que inevitablemente afecta sus hábitos de consumo.
En un entorno donde la inflación continúa siendo un problema persistente y el poder adquisitivo ha disminuido significativamente, las perspectivas de una recuperación rápida siguen siendo inciertas. Aunque la desaceleración en el aumento de los precios ha brindado un respiro temporal, muchos expertos coinciden en que cualquier recuperación sostenida del consumo dependerá en gran medida de la estabilidad económica y de una mejora significativa en el poder adquisitivo de la población.
Proyecciones para 2025: Una recuperación gradual
A pesar del panorama actual, algunos economistas y analistas del sector consumo anticipan que la situación podría mejorar gradualmente a partir de 2025. El informe de NielsenIQ prevé que el consumo masivo podría crecer un 5,1% ese año, marcando el inicio de una recuperación. No obstante, este crecimiento no llevará el consumo a los niveles observados antes de la pandemia o a los picos de 2023, ya que la pérdida de poder adquisitivo sufrida en los últimos años será difícil de revertir en el corto plazo.
Javier González, líder comercial de NielsenIQ Argentina, explicó que la situación actual guarda algunas similitudes con el contexto económico vivido en 2005 y 2006, cuando el país también atravesó un proceso de recuperación económica después de años de crisis. Según González, se espera que en 2025 el consumo regrese a niveles similares a los observados durante la pandemia, lo que implica que el retorno a los niveles de consumo anteriores a 2020 será un proceso largo y lento.
La proyección para 2025 es optimista, pero también realista. Los analistas coinciden en que la recuperación no será uniforme, y algunos sectores podrían experimentar un repunte más rápido que otros. En particular, el segmento de alimentos y bebidas, que ya ha mostrado signos de recuperación en 2024, podría ser uno de los motores de crecimiento. Sin embargo, sectores más afectados como los electrodomésticos y la tecnología seguirán enfrentando desafíos significativos, ya que la compra de bienes duraderos depende en gran medida de la confianza del consumidor en la estabilidad económica.
El consumo masivo en Argentina está comenzando a mostrar signos de recuperación, aunque la economía aún enfrenta enormes desafíos. La desaceleración en la caída del consumo y la moderación de los precios son indicios alentadores, pero la incertidumbre económica sigue siendo un factor clave que limita el crecimiento sostenido.
La preferencia de los consumidores por autoservicios y marcas económicas, así como la búsqueda de precios bajos, continuará siendo una tendencia importante en el futuro próximo. Sin embargo, el crecimiento proyectado del 5,1% para 2025 sugiere que la recuperación será gradual y que los niveles de consumo prepandemia no se alcanzarán de inmediato.
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Para que la recuperación sea más sólida, será necesario un entorno de mayor estabilidad económica, acompañado de políticas que impulsen el poder adquisitivo de la población y fomenten la confianza de los consumidores. Solo así se podrá aspirar a un crecimiento sostenido que beneficie a todos los sectores del consumo masivo en Argentina.