El consumidor latinoamericano con tendencias dispares en la omnicanalidad
La omnicanalidad, una estrategia que combina múltiples canales de venta para ofrecer una experiencia de compra integrada, está transformando el comercio minorista en América Latina. En un entorno marcado por la inflación, las interrupciones en la cadena de suministros y los desafíos laborales, la tecnología se convierte en un pilar esencial para los minoristas. Sin embargo, su adopción y la preferencia por los diferentes canales de compra varían significativamente entre los países de la región.
Según un informe de Zebra, la omnicanalidad presenta diversas tendencias según el tipo de producto. En categorías como alimentación, comestibles y supermercados, prevalece la tienda física. No obstante, el 78% de los consumidores prefiere una estrategia omnicanal, combinando compras en línea y físicas. Esto refleja una integración creciente de tecnología en el comercio minorista, donde la conveniencia y la experiencia del cliente son primordiales.
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En Brasil, se observa una notable inclinación hacia las compras en línea, especialmente en categorías como droguería, salud y belleza. El 66% de los encuestados brasileños visitaron tiendas en línea en estas categorías, contrastando con el 28% de los consumidores en México. Este dato sugiere una rápida adaptación a las compras digitales en Brasil y una mayor apertura a la innovación tecnológica.
Diferencias regionales en la omnicanalidad
Argentina, por su parte, muestra un camino por recorrer en la penetración del comercio electrónico. Los consumidores argentinos solo visitaron en un 15% sitios web de tiendas departamentales y clubes de almacenes, lo que indica una menor adopción del e-commerce en comparación con otros países de la región. Este dato revela oportunidades significativas para mejorar la infraestructura digital y fomentar la confianza en las compras en línea.
Asimismo, la participación en compras físicas varía entre los países. Brasil y Colombia destacan por una mayor frecuencia de visitas a tiendas físicas en las categorías de droguería, salud y belleza, con un 89% y 76% respectivamente. En contraste, Argentina y Chile muestran una menor participación en las compras físicas, lo que podría deberse a diversas razones, incluyendo la experiencia de cliente en tienda y la accesibilidad a los puntos de venta.
En México y Brasil, las visitas a tiendas departamentales en forma física también son más comunes que en otros países, con un 63% y 58% respectivamente. Este comportamiento sugiere una preferencia por la experiencia de compra tradicional en tiendas físicas, donde los consumidores pueden ver, tocar y probar los productos antes de comprarlos.
A pesar del crecimiento del comercio electrónico, muchos consumidores latinoamericanos se muestran altamente satisfechos con la experiencia de compra en tiendas físicas. Según el informe, el 82% de los consumidores considera importante ver, tocar o probar los productos, lo que resalta la relevancia de las tiendas físicas en el proceso de compra.
La satisfacción con la experiencia en tienda física varía, sin embargo, según el país. En Brasil, los consumidores son particularmente receptivos a la innovación tecnológica en el comercio minorista, lo que podría explicar su alta satisfacción con las tiendas físicas que han integrado tecnologías avanzadas para mejorar la experiencia del cliente.
La disparidad en la adopción de la omnicanalidad en América Latina presenta tanto desafíos como oportunidades para los minoristas. En países como Argentina, donde la penetración del comercio electrónico es relativamente baja, existen grandes oportunidades para mejorar la infraestructura digital y fomentar la confianza en las compras en línea. Los minoristas pueden beneficiarse invirtiendo en tecnología que mejore la experiencia de compra y la conveniencia para los consumidores.
Por otro lado, en mercados como Brasil, donde la adopción del comercio electrónico y la omnicanalidad es más avanzada, los minoristas deben centrarse en mantener y mejorar la experiencia del cliente tanto en línea como en tiendas físicas. La integración de tecnologías como el pago móvil, la realidad aumentada y los servicios personalizados puede ayudar a atraer y retener a los consumidores.
En México, donde la preferencia por las tiendas físicas sigue siendo fuerte, los minoristas tienen la oportunidad de mejorar la experiencia en tienda mediante la adopción de tecnologías que faciliten el proceso de compra. Esto incluye la implementación de kioscos de autoservicio, aplicaciones móviles que guíen al consumidor en la tienda y programas de lealtad digitalizados.
Para enfrentar estos desafíos y aprovechar las oportunidades, los minoristas en América Latina deben adoptar una estrategia de omnicanalidad que se adapte a las preferencias y comportamientos específicos de los consumidores en cada país. Esto implica invertir en tecnología, mejorar la infraestructura digital y ofrecer una experiencia de compra integrada y coherente en todos los canales.
Además, es crucial que los minoristas comprendan las diferencias culturales y económicas que influyen en el comportamiento de los consumidores en la región. La personalización y la localización de las estrategias de marketing y ventas pueden marcar la diferencia en la atracción y retención de clientes.
La omnicanalidad está transformando el comercio minorista en América Latina, pero su adopción y efectividad varían significativamente entre los países. Los minoristas que logren adaptar sus estrategias a las necesidades y preferencias de los consumidores en cada mercado estarán mejor posicionados para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades en esta dinámica región.
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El consumidor latinoamericano está bajo la lupa en un momento crucial para el comercio minorista. La omnicanalidad avanza de manera dispar en la región, con países como Brasil liderando en la adopción de compras en línea, mientras que otros como Argentina aún tienen un largo camino por recorrer. La tecnología y la innovación son esenciales para superar los desafíos actuales y mejorar la experiencia del cliente tanto en línea como en tiendas físicas. Los minoristas deben adaptarse a las tendencias y comportamientos específicos de cada mercado para prosperar en el competitivo y cambiante escenario del comercio minorista latinoamericano.