Compras online siguen perdiendo terreno ante tiendas físicas
La pandemia de COVID-19 trajo consigo un auge en las compras online, impulsando a muchos consumidores a cambiar sus hábitos de compra. Sin embargo, un reciente estudio de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS) revela un cambio significativo en las tendencias de consumo: casi un 73% de la población ahora prefiere comprar en establecimientos físicos, mientras que solo un 4,8% opta por las compras online y un 22% combina ambos formatos.
Durante la pandemia, las compras online se convirtieron en una necesidad para muchos. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente con la reapertura de los establecimientos físicos y la vuelta a la normalidad. Según Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS, «sigue descendiendo las compras por internet en favor de las tiendas físicas». Este descenso se debe a varios factores, incluyendo el aumento de precios y la percepción de que es más rentable comprar en tiendas físicas, donde se pueden comparar precios y evitar el desperdicio alimenticio.
Uno de los principales motivos por los que los consumidores prefieren las tiendas físicas es la capacidad de comparar precios directamente. «La gente quiere ahorrar y acude más a los establecimientos porque puede comparar mejor los precios, además se evita acumular productos en casa, comprar menos y evitar el desperdicio alimenticio», explica García Magarzo. Este comportamiento refleja una tendencia hacia una compra más consciente y económica.
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En España, la gran oferta de establecimientos de proximidad influye significativamente en esta tendencia. «En España no aumenta la compra online porque existe una gran oferta de establecimientos de proximidad y eso da más confianza», señala García Magarzo. La facilidad de acceso a múltiples tiendas cercanas brinda a los consumidores la confianza necesaria para preferir las compras físicas sobre las online.
Para entender mejor esta tendencia, Antena3 Noticias salió a la calle para hablar directamente con los consumidores. La mayoría expresó su preferencia por ver, tocar y probar los productos antes de comprarlos. Este deseo de interacción física con los productos es una de las razones principales por las que muchos han dejado de comprar en supermercados digitales. «Veo, compruebo y si veo algo mejor lo compro», es un eslogan que muchos consumidores recuerdan y que sigue vigente en su comportamiento de compra.
La crisis inflacionista y el aumento de precios también han jugado un papel crucial en este cambio de tendencia. Los consumidores buscan maneras de economizar y las tiendas físicas les permiten comparar precios y hacer compras más eficientes. Aunque los jóvenes son los que más utilizan la tecnología para hacer sus compras, el consumidor de alimentación online tiende a tener un nivel de renta y de estudios más alto que el consumidor medio, según García Magarzo.
La Teoría de las ‘3C’
El estudio de ASEDAS también destaca la teoría de las ‘3C’: conveniencia, calidad y confianza. Estos tres factores son determinantes para los consumidores a la hora de elegir dónde y cómo realizar sus compras. «La ventaja de comprar online es que resulta más cómodo y más rápido; además, te lo llevan a casa», explican desde ASEDAS. No obstante, la conveniencia del online no siempre supera las ventajas de la compra física para la mayoría de la población.
El estudio de ASEDAS arroja datos interesantes sobre los hábitos de compra de los españoles. En promedio, se va al supermercado unas 65 veces al año y se ha reducido en un 16% el gasto en el carro de la compra. Además, el 60% de la población visita varios establecimientos, lo que permite comparar precios y economizar. Este comportamiento refleja una mayor atención a la economía y la gestión eficiente del presupuesto familiar.
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El estudio de ASEDAS muestra claramente un cambio en las tendencias de consumo post-pandemia. Aunque las compras online fueron cruciales durante los momentos más críticos de la pandemia, la mayoría de los consumidores han vuelto a preferir las tiendas físicas. La capacidad de comparar precios, la confianza en los establecimientos de proximidad y la experiencia de ver y tocar los productos son factores clave en esta tendencia. La crisis inflacionista y el deseo de ahorrar también han influido significativamente en este cambio.
Este cambio en las tendencias de consumo destaca la importancia de adaptarse a las necesidades y preferencias de los consumidores, ofreciendo una combinación de conveniencia, calidad y confianza tanto en las tiendas físicas como en las plataformas online. A medida que la economía y los hábitos de compra continúan evolucionando, es esencial que los minoristas se mantengan atentos a estas dinámicas para satisfacer mejor las expectativas de sus clientes.
