Compras en supermercados se reduce un 26 % en número de artículos por cesta
Los consumidores españoles incluyeron en 2023 una media de 17,1 artículos por cada visita al supermercado, una cifra que supone un 26 % menos que en 2021, antes de que la inflación alimentaria empezara a subir de manera histórica, según un estudio de la Asociación de Empresas (Aecoc).
Cambios en los hábitos de consumo
«Los consumidores toman medidas de ahorro para optimizar el presupuesto disponible durante sus actos de compra» es una de las conclusiones de la quinta edición del «Barómetro sobre la evolución del tique de compra» elaborado por Aecoc Shopperview en colaboración con Gelt Solutions. La responsable de estudios de Shopperview de Aecoc, Marta Munné, ha asegurado en un comunicado que estos datos confirman que «el consumidor trata así de controlar mejor su presupuesto, buscando un consumo más racional, planificado y de cestas más pequeñas».
El documento evalúa el comportamiento del consumidor en el actual «entorno de incertidumbre» y en un «contexto claramente marcado por la contención del gasto» que le lleva a hacer cambios en sus hábitos de consumo. Así, según los datos del estudio, cuatro de cada diez consumidores va más veces a comprar y realiza compras más pequeñas. Pese a estos esfuerzos, la mitad de los hogares responde que llega justo a final de mes.
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La inflación alimentaria ha afectado significativamente la cantidad de productos que los consumidores pueden permitirse comprar. La reducción del 26 % en el número de artículos por cesta refleja un cambio drástico en el comportamiento de compra, impulsado por la necesidad de ajustar el presupuesto familiar ante el aumento de los precios.
Este fenómeno no solo se traduce en una menor cantidad de productos comprados por visita al supermercado, sino también en un cambio en la frecuencia de las compras. La tendencia hacia compras más pequeñas y frecuentes indica que los consumidores están tratando de gestionar mejor su gasto mensual, evitando grandes desembolsos en una sola visita y ajustando sus compras a las necesidades inmediatas.
Preferencia por marcas blancas
La marca de la distribución o marca blanca es otro de los puntos fuertes de esta realidad, y el estudio resalta que el 63 % de los consumidores se muestra «muy satisfecho» con la compra de este tipo de productos. Además, el 54 % de los usuarios afirma que seguirá comprando mayoritariamente los productos de la marca de la distribución que ha probado y le gustan.
La preferencia por las marcas blancas se debe, en gran parte, a su relación calidad-precio. En un contexto de inflación, los consumidores buscan alternativas más económicas que les permitan mantener su nivel de vida sin sacrificar demasiado la calidad. Las marcas blancas, al ofrecer productos similares a los de marcas reconocidas a un precio más bajo, se convierten en una opción atractiva para muchos.
Elección del establecimiento
Otra conclusión del informe es que hay cambios en la elección del establecimiento por este motivo, y que el 51 % de los consumidores reconoce que ahora acude más a tiendas en las que predomina la marca de la distribución. Este cambio de comportamiento indica que los consumidores no solo buscan productos más baratos, sino que también están dispuestos a cambiar sus hábitos de compra y elegir supermercados que ofrezcan mejores opciones en términos de marcas blancas.
La adaptación de los consumidores a las nuevas realidades económicas se refleja en su disposición a cambiar de supermercado y probar nuevas opciones de productos. Esta flexibilidad es crucial para poder seguir ajustando el presupuesto familiar en un entorno de inflación.
Medidas de ahorro
El estudio también señala que los consumidores están implementando diversas estrategias para ahorrar dinero en sus compras diarias. Entre las medidas más comunes se encuentran:
Compra de productos en oferta: Aprovechar descuentos y promociones se ha vuelto una práctica habitual para maximizar el valor del dinero gastado.
Reducción del consumo de productos no esenciales: Los consumidores están priorizando la compra de productos básicos y reduciendo el gasto en artículos considerados de lujo o no esenciales.
Planificación de las compras: Hacer listas de compras y planificar las comidas con anticipación ayuda a evitar compras impulsivas y a controlar mejor el gasto.
Aumento de la compra a granel: Comprar productos a granel permite ahorrar en empaques y aprovechar precios más bajos por mayores cantidades.
El comportamiento de los consumidores españoles en un entorno de inflación muestra una clara tendencia hacia la racionalización del gasto y la optimización del presupuesto familiar. A medida que la inflación continúa impactando el poder adquisitivo, es probable que estas tendencias se consoliden y se sigan buscando nuevas formas de ahorro.
Las empresas y supermercados también deben adaptarse a estas nuevas realidades, ofreciendo productos a precios competitivos y mejorando la calidad de sus marcas blancas para satisfacer las necesidades de los consumidores. La capacidad de adaptarse a estos cambios será crucial para mantenerse competitivos en un mercado cada vez más desafiante.
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La inflación ha provocado una significativa reducción en el número de artículos por cesta de la compra, reflejando los esfuerzos de los consumidores por optimizar su presupuesto. La preferencia por marcas blancas y el cambio en la elección de establecimientos son claros indicadores de cómo los consumidores están adaptando sus hábitos de compra para enfrentar la incertidumbre económica. A medida que la inflación continúa, es esencial que tanto consumidores como empresas sigan buscando y adoptando estrategias que permitan un equilibrio entre calidad y precio, asegurando así la sostenibilidad del consumo en el largo plazo.