Argentina: La caída del consumo golpea al sector de la ropa y la moda
El sector de la moda en Argentina está atravesando uno de sus peores momentos en años, con una fuerte caída en las ventas y un panorama que genera incertidumbre tanto en los comerciantes como en los empleados del rubro. La recesión económica del país, sumada a la altísima inflación, ha llevado a que los consumidores reduzcan drásticamente su gasto en indumentaria, lo que ha obligado a las tiendas a replantear su estrategia de negocio y evaluar alternativas drásticas, como la posibilidad de despidos.
Argentina se ha convertido en el país con la ropa más cara del mundo, según un reciente estudio, lo que no sorprende considerando que la inflación del sector de indumentaria fue del 166,7 % entre agosto de 2023 y el mes pasado, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este exorbitante aumento en los precios ha afectado gravemente el poder adquisitivo de los consumidores, quienes han optado por reducir sus compras de ropa en medio de una economía que se tambalea.
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Este escenario ha dejado a las tiendas en una situación difícil, ya que, por un lado, deben lidiar con el aumento constante de los costos de producción y, por otro, enfrentan la realidad de que los consumidores están priorizando sus necesidades básicas, dejando la compra de ropa como una opción secundaria o, en muchos casos, inexistente.
Una reciente encuesta bimestral realizada por la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), que analiza el comportamiento del sector en el período julio-agosto de 2024, refleja un panorama preocupante. Las ventas han experimentado una nueva caída interanual del 11,3 %, profundizando la baja registrada en el bimestre anterior, que ya había sido del 7,8 %.
El principal motivo detrás de esta contracción es la falta de demanda, señalada por el 76 % de los encuestados como el problema más importante al que se enfrentan. El aumento de los costos, en un contexto inflacionario descontrolado, fue identificado como la segunda mayor preocupación por un 20,9 % de los comerciantes. Otros factores, como la falta de stocks o la dificultad para acceder a financiamiento, también fueron mencionados, aunque en menor medida.
Con ventas en picada y un futuro incierto, muchas empresas del sector han comenzado a revisar sus estructuras internas. Según la encuesta de la CIAI, el 37 % de las compañías consultadas está considerando la posibilidad de realizar despidos o suspensiones de personal en los próximos meses. Esto representa un incremento del 9 % en comparación con el bimestre anterior, lo que evidencia el creciente malestar y las dificultades que enfrenta el sector.
Además, el 41 % de los encuestados informó haber reducido su plantilla a través de jubilaciones, renuncias no reemplazadas o despidos en lo que va del año. Esta situación refleja la difícil realidad de muchas empresas, que ven en la reducción de costos laborales una de las pocas soluciones viables para sobrevivir en un contexto económico adverso.
El futuro no se vislumbra alentador para el sector de la moda y la indumentaria en Argentina. Solo el 24 % de los empresarios del rubro expresó tener expectativas económicas positivas para los próximos meses, mientras que más de la mitad calificó sus perspectivas como «regulares». Lo más preocupante es que el 4 % de los encuestados respondió que sus expectativas eran «muy malas», un indicador que en el bimestre anterior era inexistente.
Este creciente pesimismo está respaldado por las cifras oficiales del Producto Bruto Interno (PBI), que muestra una contracción en la actividad económica. La caída del consumo, sumada a los elevados costos de producción, el encarecimiento de las importaciones y la pérdida de poder adquisitivo de la población, está llevando a muchos empresarios a replantearse el futuro de sus negocios.
Ante este complicado panorama, las empresas del sector buscan alternativas para enfrentar la crisis. Algunas firmas están apostando por la reestructuración de sus modelos de negocio, enfocándose en mejorar la eficiencia operativa y reducir costos. Esto incluye desde la renegociación de contratos de alquiler de locales hasta la optimización de los procesos de producción.
Además, muchas marcas están poniendo énfasis en sus canales de venta online, intentando aprovechar el auge del comercio electrónico que se vio impulsado durante la pandemia. Sin embargo, el éxito de esta estrategia depende en gran medida de la capacidad de las empresas para atraer a los consumidores en un entorno digital altamente competitivo, donde la diferenciación y el precio juegan un papel clave.
El impacto de la crisis también se refleja en los hábitos de compra de los consumidores. Ante la falta de poder adquisitivo, muchos argentinos han optado por postergar la compra de ropa o buscar alternativas más económicas, como adquirir productos en tiendas de segunda mano o aprovechar las ofertas y promociones.
Además, el cambio en los hábitos de consumo que trajo la pandemia sigue vigente. Muchos consumidores continúan priorizando la comodidad y funcionalidad por sobre la moda, lo que ha llevado a un aumento en la demanda de ropa casual y deportiva, en detrimento de otros segmentos, como la ropa formal o de alta gama.
Uno de los mayores desafíos que enfrenta el sector es la lucha contra la inflación. El constante aumento de los precios de las materias primas, los costos laborales y los gastos operativos ha puesto a muchas empresas al borde del colapso. Si bien algunas marcas están logrando sobrevivir gracias a su capacidad de adaptación y a la fidelidad de sus clientes, muchas otras están viendo cómo sus márgenes de ganancia se reducen, lo que podría llevar a más cierres de tiendas en el futuro cercano.
En este contexto, el sector de la moda en Argentina deberá seguir enfrentando desafíos complejos en los próximos meses. Con un mercado cada vez más competitivo y consumidores que buscan calidad a precios accesibles, las marcas tendrán que encontrar el equilibrio entre mantener sus márgenes y ofrecer productos que se adapten a las necesidades de sus clientes.
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El sector de la ropa y la indumentaria en Argentina está atravesando uno de sus momentos más difíciles, con ventas en caída, costos elevados y consumidores que priorizan otras necesidades. Si bien algunas empresas están logrando adaptarse a través de la reestructuración y la venta online, muchas otras enfrentan un futuro incierto que podría llevar a despidos y ajustes drásticos en los próximos meses. El desafío para las marcas será sobrevivir en un entorno económico complicado, mientras intentan seguir siendo relevantes para un público cada vez más exigente y con menos poder adquisitivo.