Analistas proyectan que economía uruguaya crecerá un 3,3% en 2024
La economía uruguaya mantiene un pronóstico optimista para el 2024, con una expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3,3%. Esta proyección, que se ha mantenido estable desde julio, refleja una confianza moderada en la recuperación económica del país, según la Encuesta de Expectativas publicada el 20 de agosto por el Banco Central del Uruguay (BCU).
Un consenso optimista pero cauteloso
La encuesta del BCU, que recopila las opiniones de economistas e instituciones financieras, muestra un rango variado de expectativas para el crecimiento económico en 2024. Aunque la mediana se mantiene en un 3,3%, las proyecciones oscilan entre un pesimista 2,5% y un optimista 4,5%. Esta variabilidad en las predicciones subraya la incertidumbre que aún rodea a la economía global y regional, aunque los analistas coinciden en que Uruguay seguirá una senda de crecimiento moderado.
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Este consenso se enmarca en un contexto donde la economía uruguaya mostró señales de resiliencia durante 2023, a pesar de los desafíos. El crecimiento de un 0,6% en el primer trimestre de 2024, comparado con el 0,4% del año anterior, refleja una ligera pero constante recuperación. Este avance se ha visto favorecido por la estabilización de algunos sectores clave y por la mitigación de los efectos de la sequía y la finalización de grandes obras de infraestructura que afectaron el desempeño económico en 2023.
Factores que impulsan el crecimiento
Entre los factores que contribuyen al optimismo de los analistas se encuentra la expectativa de una mejora en las condiciones climáticas, lo cual es crucial para un país con un sector agroexportador significativo como Uruguay. La recuperación de la producción agrícola, tras el impacto de la sequía, es fundamental para mantener el dinamismo económico, especialmente en las exportaciones.
Otro elemento positivo es la perspectiva de un aumento en la inversión extranjera directa (IED). El Gobierno de Luis Lacalle Pou ha impulsado políticas orientadas a atraer capital extranjero, destacando la estabilidad política y económica del país como sus principales fortalezas. La llegada de nuevos proyectos de inversión, especialmente en tecnología y servicios, podría ser un motor importante para el crecimiento en los próximos años.
Además, la recuperación del turismo, un sector clave para la economía uruguaya, es otro de los factores que los analistas esperan que impulse el crecimiento en 2024. La reactivación de los flujos turísticos, tanto regionales como internacionales, podría generar un efecto multiplicador en diversas áreas de la economía, desde la hotelería hasta el comercio minorista.
Inflación bajo control
En cuanto a la inflación, los expertos consultados por el BCU prevén un índice del 5,3% para 2024, con un incremento del 0,4% en agosto. Estos pronósticos sugieren que la inflación, aunque presente, estará bajo control y dentro de los márgenes considerados aceptables por las autoridades económicas.
La desaceleración inflacionaria observada en 2023, con un aumento acumulado del 5,45% en el año móvil cerrado en julio, es un indicador positivo que refuerza la confianza en la estabilidad macroeconómica del país. Este comportamiento inflacionario es el más bajo registrado desde 2005, lo que marca un hito en la gestión económica reciente.
La contención de la inflación ha sido uno de los pilares de la política económica del Gobierno, que ha implementado medidas para controlar el alza de precios sin afectar significativamente el crecimiento. La estabilidad de precios es vista como un factor clave para sostener la recuperación económica y mantener el poder adquisitivo de los uruguayos.
A pesar del optimismo para 2024, las expectativas para 2025 son más cautelosas. Los analistas han ajustado sus proyecciones a la baja, pronosticando un crecimiento del 2,5%. Este ajuste refleja la percepción de que los desafíos estructurales de la economía uruguaya podrían limitar el ritmo de crecimiento a mediano plazo.
Entre los factores que podrían influir en una desaceleración del crecimiento se encuentran las incertidumbres en el entorno internacional, como la volatilidad de los mercados financieros, los cambios en las políticas comerciales globales y el impacto de posibles nuevas crisis sanitarias. Además, la capacidad de Uruguay para mantener su competitividad en el mercado internacional, especialmente en sectores como la agroindustria, también será un factor determinante.
Por otro lado, el envejecimiento de la población y las presiones sobre el sistema de seguridad social son desafíos internos que podrían afectar el dinamismo económico en los próximos años. La necesidad de reformas estructurales, tanto en el ámbito fiscal como en el laboral, será crucial para asegurar un crecimiento sostenido en el largo plazo.
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La economía uruguaya se perfila para mantener un crecimiento del 3,3% en 2024, respaldado por una combinación de factores internos y externos que favorecen la recuperación. No obstante, el camino hacia un crecimiento sostenible y robusto aún enfrenta desafíos que requerirán de políticas acertadas y un manejo cuidadoso de los riesgos. La estabilidad macroeconómica, junto con la capacidad de adaptación a un entorno global en constante cambio, será clave para que Uruguay continúe en su senda de crecimiento y desarrollo.
El optimismo moderado de los analistas refleja una confianza en la capacidad del país para superar las adversidades y consolidar su posición como una de las economías más estables y dinámicas de la región. Sin embargo, la cautela en las proyecciones para 2025 subraya la importancia de no perder de vista los desafíos a mediano y largo plazo, asegurando así un futuro próspero para todos los uruguayos.