Con la asunción de Donald Trump como el 47º presidente de Estados Unidos, se ha reafirmado la decisión de abandonar el Acuerdo de París, una medida que ya había implementado durante su anterior mandato. Trump anunció oficialmente esta salida durante su discurso de investidura, en el que también promete desmantelar gran parte del legado ambiental de la administración Biden. Esta decisión implica la anulación de contratos de arrendamiento para parques eólicos y la eliminación de subsidios que incentivaban la compra de vehículos eléctricos, marcando un cambio radical en la política ambiental estadounidense.
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El Acuerdo de París, establecido en 2015, tiene como objetivo principal la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar el calentamiento global y enfrentar los efectos de la crisis climática. La salida de Estados Unidos de este pacto no se hará efectiva inmediatamente, ya que el proceso formal requerirá un año para completarse. Para llevar a cabo esta retirada, el Gobierno deberá presentar una carta de solicitud ante la Secretaría de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, iniciando así el procedimiento de salida.
Con esta acción, Estados Unidos se une a un grupo selecto de naciones que también se han desvinculado del Acuerdo de París, como Irán, Libia y Yemen. La nación norteamericana es uno de los mayores emisores de dióxido de carbono en el mundo, solo por detrás de China, lo que resalta su influencia crítica en la cuestión del cambio climático global. La decisión de Trump de retirarse del acuerdo puede tener repercusiones significativas no solo a nivel nacional, sino también en el contexto internacional, dadas las implicaciones de política climática que esta salida conlleva.
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Adicionalmente, Trump anunció la implementación de aranceles del 25% a las importaciones de Canadá y México, lo cual afectará cuantitativamente a diversas industrias, incluida la automotriz. Las marcas de moda estadounidense, tales como Levi Strauss y Nike, también se verán Impactadas por estas tarifas, ya que México representa un mercado vital para su aprovisionamiento. Esta serie de medidas retrata un nuevo enfoque en la política comercial y ambiental, enfatizando un retorno a medidas más proteccionistas y que benefician la industria interna, a expensas de compromisos multibilaterales y ambientales.