La industria textil española ha logrado alcanzar un acuerdo significativo entre la representación patronal y los sindicatos UGT y CCOO, poniendo fin a un estancamiento en las negociaciones que se prolongaba desde diciembre de 2023. Este acuerdo implica la desconvocatoria inmediata de una huelga prevista para el 28 de enero, que habría impactado a alrededor de 80.000 trabajadores del sector. Las fuentes patronales han confirmado que el nuevo convenio no solo mejora las condiciones laborales, sino que también establece una plataforma para un diálogo más constructivo en el futuro.
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El eje central del nuevo convenio es un incremento salarial del 3,3% anual durante tres años, que regresa de manera retroactiva a 2024 y se extenderá hasta 2026. Este aumento contempla la posibilidad de revisar los salarios hasta en un 1% adicional, ligado al Índice de Precios al Consumidor (IPC), asegurando así que los salarios de los trabajadores se mantengan en línea con los costos de vida en caso de que la inflación supere el incremento pactado. Este enfoque resalta la intención de los sindicatos de ofrecer una mayor protección económica a los empleados del sector textil y de garantizar al menos un sueldo mínimo superior al Salario Mínimo Interprofesional para las categorías laborales más bajas.
Un punto de controversia importante durante las negociaciones fue la simplificación de las categorías laborales. Los sindicatos habían propuesto la unificación de las distintas tablas salariales en una única tabla de máximos, pero la patronal argumentó que eso implicaría un aumento inasumible de entre el 30% y 35% en los gastos salariales. En última instancia, se pactó una organización del sector en siete grupos profesionales con salarios diferenciados, lo que permitirá eliminación de desigualdades internas sin llegar a la unificación total. Además, se acordó un incremento adicional del 2% anual para las categorías con los salarios más bajos hasta que alcanzaran el máximo correspondiente.
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Ambas partes han establecido un compromiso explícito para trabajar en la simplificación de las tablas salariales y en la creación de un nuevo sistema de nomenclátor antes del 30 de mayo de este año. Si no se llega a un acuerdo, el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje intervendrá. También se ha acordado reducir la jornada máxima de trabajo en 20 horas, organizándose en dos tramos de 10 horas cada uno, a ser implementados en 2025 y 2026. Este convenio, que ahora necesita la ratificación por parte de los sindicatos y la patronal, marca un cambio positivo en las relaciones laborales en la industria textil, dando esperanza tanto a empresarios como a trabajadores para un futuro más armonioso.