La celebración de la COP16 en Colombia ha puesto de relieve la urgente necesidad de proteger la biodiversidad en un momento en que la mayoría de los países aún no han cumplido con los compromisos establecidos en la cumbre anterior, celebrada en 2022. Los objetivos fijados, como el plan de proteger el 30% de la superficie terrestre del planeta para 2030, han quedado en gran parte sin ejecutar. Sin embargo, en este contexto complicado, las grandes marcas de moda como Inditex, H&M, Gap, Primark y Fast Retailing están comenzando a integrar la biodiversidad en sus estrategias de sostenibilidad, buscando no solo cumplir con una responsabilidad social, sino también alinearse con las expectativas cambiantes de los consumidores y las regulaciones ambientales cada vez más estrictas.
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Inditex, como líder del sector, ha implementado una estrategia integral centrada en cinco pilares: prevención de daños, minimización del impacto, restauración de ecosistemas, regeneración y transformación de procesos de producción. Desde 2013, la compañía ha trabajado en desarrollar políticas que eviten el uso de productos forestales provenientes de bosques primarios y en la búsqueda de alternativas sostenibles en la producción textil. Inditex se ha propuesto reducir el uso de agua en su cadena de suministro en un 25% para 2025, además de incrementar el uso de materiales reciclados en sus prendas. Este enfoque no solo busca mitigar los efectos negativos de sus operaciones en el medio ambiente, sino que también promueve una imagen de marca responsable y comprometida con la causa ambiental.
H&M, otro de los referentes en el sector, ha centrado su atención en impulsar la agricultura regenerativa, especialmente en la producción de algodón, que representa la base de muchas de sus prendas. Colaborando en proyectos en India, H&M tiene como objetivo que la mitad de sus materiales sean reciclados para 2025. Además, ha adoptado innovaciones tecnológicas para responder a la demanda de los consumidores y evitar la sobreproducción que tiene un impacto ambiental negativo. Con una reducción del uso de agua del 38% en 2022 en comparación con 2017, H&M también se plantea reducir el uso de agua dulce en un 30% para 2030, mostrando un compromiso significativo con la reducción de su huella hídrica.
Fast Retailing, por su parte, ha optado por un enfoque más centrado en la cadena de suministro, exigiendo a sus proveedores seguir prácticas sostenibles y evitando el uso de materiales provenientes de áreas protegidas o en peligro de extinción. Aunque aún no presenta objetivos de reducción concretos como sus competidores, está trabajando en comprender a fondo su impacto ambiental. Esto plantea un desafío en el sector, que requiere un cambio urgente hacia prácticas más sostenibles y la necesidad de estándares claros que guíen a todos los actores de la industria en una dirección común.
Mientras tanto, Gap también ha puesto su atención en la gestión del agua al establecer un objetivo ambicioso: devolver a la naturaleza el 100% del agua utilizada en su producción para 2030, complementando su enfoque con iniciativas como el programa Washwell que ha permitido reducir el consumo de agua en sus fábricas. Su compromiso incluye aumentar el uso de materias primas orgánicas y recicladas, lo que refleja una tendencia general en la industria hacia la sostenibilidad.
Finalmente, Primark se enfrenta a la crítica por su historial en sostenibilidad, pero ha comenzado a implementar cambios significativos, como la eliminación del plástico de un solo uso y la reducción de residuos. Aunque su estrategia actual está menos enfocada en biodiversidad específicamente, sus metas de sostenibilidad son un paso en la dirección correcta, buscando también medir su impacto en la cadena de valor. Con un enfoque en agricultura regenerativa y la reducción de la huella hídrica, Primark empieza a alinearse con las expectativas de los consumidores y las urgentes necesidades del planeta.
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El compromiso de estas cinco empresas de moda con la biodiversidad, aunque variado en enfoques y metas específicas, representa un primer paso crucial hacia una industria más sostenible. A medida que el mundo enfrenta retos ambientales cada vez más acuciantes, la responsabilidad social y la sostenibilidad se están convirtiendo en piedras angulares no solo de la reputación de estas marcas, sino también de su viabilidad económica a largo plazo. Sin embargo, el desafío reside en la implementación efectiva de estas estrategias y en garantizar que las promesas no se queden solo en papel, sino que se traduzcan en acciones reales y significativas que impacten positivamente en la biodiversidad global.