La batalla legal entre los gigantes del comercio electrónico de moda a bajo coste, Shein y Temu, ha escalado a un nuevo nivel con la reciente demanda presentada por Shein en el Tribunal de Washington DC. En un documento que supera las ochenta páginas, Shein acusa a Temu de haber orquestado un “esquema coordinado” de violaciones de propiedad intelectual, así como de cometer actos de falsificación, robo de secretos comerciales y fraude. Estas acusaciones reflejan la creciente tensión entre ambas empresas, que compiten ferozmente en el mercado del ultra low cost. Shein sostiene que los productos de Temu son, en esencia, copias de los suyos, y que la estrategia de precios de Temu, que implica pérdidas de hasta treinta dólares por compra en el mercado estadounidense, es un intento de ganar cuota de mercado a expensas de la legalidad.
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Además de las acusaciones de violación de propiedad intelectual, Shein ha criticado la estrategia de marketing de Temu, que incluye el uso de influencers. Según Shein, Temu paga a estos influencers para que engañen a los consumidores, promoviendo sus productos como más baratos y de mejor calidad que los de Shein. Esta no es la primera vez que se presentan acusaciones de este tipo; el año pasado, Shein había denunciado que Temu estaba utilizando tácticas similares para difamar su marca, aunque esa denuncia fue retirada a finales de 2023. Los abogados de Shein también han señalado que Temu utiliza publicidad engañosa en redes sociales, lo que lleva a confusiones entre los consumidores sobre las marcas, al copiar fotografías promocionales y diseños de productos.
La respuesta de Temu a estas acusaciones ha sido contundente. La empresa ha calificado las denuncias de Shein como “inconcebibles” y ha señalado que Shein se encuentra en una situación complicada debido a sus propias demandas por infracción de propiedad intelectual. Temu argumenta que Shein intenta desviar la atención de sus propios problemas legales al acusar a otros. Esta situación se complica aún más por la demanda que Temu presentó el año pasado, en la que alegaba que ciertos sitios web fraudulentos se hacían pasar por su compañía y acusaba a Shein de presionar a los fabricantes para que dejaran de trabajar con ellos.
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La tensión entre ambas empresas también ha llevado a protestas en China, donde cientos de fabricantes de Temu se manifestaron en las oficinas de la matriz del grupo en Guangzhou, en respuesta a las políticas de sanciones impuestas por la plataforma. El modelo de negocio de Temu se basa en conectar directamente a estos proveedores con los consumidores, eliminando intermediarios, lo que ha generado un ecosistema de comercio electrónico que busca desafiar a competidores como Shein. Este duelo en los juzgados no solo refleja la feroz competencia en el sector de la moda a bajo coste, sino que también pone de relieve las complejidades legales y éticas que surgen en un mercado cada vez más saturado y competitivo.