En los últimos años, la moda ha sido testigo de un cambio radical hacia la casualización, un fenómeno que ha transformado las expectativas de los consumidores y ha dado cabida a nuevas marcas que desafían el dominio de gigantes como Adidas y Nike. Este cambio ha cobrado especial importancia con la entrada de la generación Z al mercado, que ha redefinido la forma en que se visten y cómo perciben las marcas. El concepto de vestimenta ha evolucionado significativamente; ahora es común ver sneakers en eventos formales o pantalones de chándal en cenas elegantes, algo que años atrás habría sido impensable. Esta nueva visión sobre la moda ha sido terreno fértil para la aparición de proyectos como Nude Project, Eme Studios y TwoJeys, que han crescendido de manera notable y logrado un crecimiento sostenido en sus cifras de negocio, alcanzando incrementos de dos dígitos en sus ventas. Sin embargo, el papel de estas marcas emergentes no es sencillo, ya que operan en un sector que, aunque lleno de oportunidades, sigue dominado por los grandes actores del streetwear, como lo son las icónicas Adidas y Nike.
Ver también: Dior: La Revolución del Nuevo Look
En este contexto, es relevante señalar que muchos de los fundadores de estas nuevas iniciativas no poseen una formación académica tradicional en diseño o moda, sino que provienen de diversas disciplinas empresariales. Este enfoque ha permitido que estas startups no se sientan restringidas por las normativas tradicionales de la industria de la moda. En lugar de simplemente producir ropa, buscan crear conexiones y comunidades en torno a sus productos, priorizando la autenticidad y la historia detrás de cada marca. Francesca Tur, analista de tendencias, comenta que “los fundadores de estos proyectos crecieron viendo un primer auge de este estilo más casual, en el que ahora están invirtiendo”. Esto resalta cómo la experiencia personal y la adaptabilidad a tendencias cambiantes son cruciales para el éxito de estas empresas.
Una de las historias de éxito más evidentes es la de Nude Project, que en 2023 sorprendió a la industria al duplicar su cifra de negocio, alcanzando una facturación de 26 millones de euros. Blue Banana también destaca en este sentido, registrando 19 millones de euros en ventas y con proyecciones que apuntan a alcanzar los 28 millones en el actual ejercicio. Otras marcas, como TwoJeys y Scuffers, que se enfocan en nichos más específicos dentro del streetwear, también han reportado cifras de negocio considerablemente positivas, cada una alcanzando alrededor de siete millones de euros. Este crecimiento no es un simple reflejo de la oferta de productos por sí misma, sino del enfoque innovador que estas empresas han adoptado para conectarse con un público joven y dinámico que busca más que solo ropa.
El perfil del cliente de estas nuevas marcas está indiscutiblemente vinculado a la juventud y su activa presencia en redes sociales. Este demográfico no solo valora la estética, sino que también prioriza la autenticidad y la conexión emocional con las marcas que elige. La búsqueda de prendas que sean cómodas, pero también estilizadas, ha llevado a los consumidores a alejarse de los grandes distribuidores establecidos a favor de opciones que ofrezcan un sentido de pertenencia y comunidad. Álex Benlloch, cofundador y CEO de Nude Project, afirma que «las nuevas generaciones tienen un enfoque muy diferente hacia la moda; les importa más la autenticidad y las historias detrás de las marcas». Esta búsqueda de conexión ha llevado a las marcas emergentes a desarrollar estrategias que trascienden la simple venta de ropa y se enfocan en construir una historia y un estilo de vida en torno a sus productos.
Resulta significativo observar cómo estas marcas emergentes también están empezando a colaborar entre sí y con grandes distribuidores, evidenciando una tendencia hacia una fusión de propuestas que enriquecen el sector. TwoJeys, por ejemplo, ha trabajado en colaboración con Zara, lo que demuestra cómo los límites entre las pequeñas y grandes marcas están comenzando a difuminarse. Gabriel Morón y Conra Martínez, fundadores de Eme Studios, enfatizan que los compradores de empresas como la suya no son simplemente clientes, sino espectadores y partícipes de un contenido que les resuena, creando así una afinidad que trasciende más allá de la compra de un producto.
Pese a este auge de nuevas marcas, la competencia con gigantes como Adidas y Nike no es una tarea sencilla. Estas marcas han estado en el mercado durante décadas y han logrado establecerse como referentes ineludibles en el streetwear. Las tres rayas de Adidas y el famoso logo de Nike son más que simples diseños; son símbolos que ya se han arraigado en la cultura popular. Francesca Tur señala que estas grandes marcas se han consolidado en la industria como «big players», y para las empresas más pequeñas, la oportunidad reside en convertirse en «microculturas» que ofrecen experiencias únicas y cercanas a un subgrupo específico dentro del sector más amplio. En este sentido, los nuevos proyectos de moda deben encontrar su propia voz y su nicho en un mercado bullicioso y competitivo.
Uno de los elementos que contribuyen al crecimiento de estas nuevas iniciativas es su capacidad de adaptabilidad, lo que les permite responder eficazmente a las rápidamente cambiantes preferencias del consumidor. La agilidad de estas startups, como señala Benlloch, les proporciona una ventaja al poder adaptarse y centrarse en tendencias pasajeras, asegurando su relevancia en un periodo donde el estilo personal está en constante evolución. Al evitar las rígidas programaciones estacionales de los grandes actores, estas marcas pueden lanzar colecciones limitadas y «drops» que mantienen un interés continuo por parte de los consumidores, quienes aprecian la exclusividad y la frescura de las ofertas. Esto contrasta con la estrategia tradicional de las grandes marcas que requieren un ciclo más largo de producción y distribución.
El precio también juega un papel significativo en la dinámica del mercado actual. Rubén García, cofundador de Sivasdescalzo, una empresa de distribución de sneakers, menciona que «ya no hay tanta fidelidad con las marcas». Este cambio ha sido evidente en la ligeira caída en las ventas de clásicos de Nike y Adidas, lo que permite a otras compañías que ofrecen productos con un ticket medio más asequible, como Hoka o New Balance, ganar terreno. La percepción del consumidor está cambiando y cada vez más se siente atraído por alternativas que no solo ofrecen estilo, sino que también pueden ser más accesibles económicamente.
Ver también: Bershka Renueva su Estilo: ¡Nueva Identidad, Nuevas Tiendas!
A pesar del progreso significativo logrado por marcas como Nude Project y Eme Studios, la pregunta sobre la viabilidad de competir de manera sostenible con gigantes como Nike y Adidas sigue en el aire. «Es difícil decir si es para siempre», comenta Benlloch, aludiendo a la incertidumbre que acompaña a la moda contemporánea. Sin embargo, parece claro que el fenómeno de la moda casual ha llegado para quedarse, y mientras estos proyectos continúen evolucionando y entendiendo el mercado en el que operan, tienen el potencial de mantenerse en la vanguardia del streetwear y seguir construyendo su lugar en esta industria vibrantemente competitiva.