La tendencia del estilo ‘ladylike’ ha resurgido con fuerza en la temporada actual, evocando la elegancia y la sofisticación de los años cincuenta. Este renacer se produce tras un período dominado por el athleisure y el feísmo, estilos que, aunque rompieron moldes, dejaron un vacío en cuanto a la estética clásica y refinada que muchas buscan recuperar. El ‘ladylike’ no solo se traduce en una estética visual, sino que también representa una actitud y un modo de presentarse al mundo que celebra la feminidad en su forma más pura y elegante. Este regreso a la silueta de los años cincuenta, con su énfasis en la figura femenina y en prendas icónicas como trajes chaqueta, vestidos con lazadas y blusas delicadas, ofrece una respuesta a la búsqueda contemporánea de un estilo que combine la sofisticación con la comodidad.
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Los desfiles de marcas como Dries Van Noten, Miu Miu y Prada han reafirmado esta tendencia, mostrando cómo los colores de la temporada, que incluyen matices como el amarillo mantequilla, marrón, gris acero y lila, pueden ser utilizados para dar un aire de sofisticación a cualquier look. La inspiración en figuras emblemáticas como Jacqueline Kennedy y la duquesa de Windsor, Wallis Simpson, proporciona un contexto histórico que enriquece esta tendencia, recordando a las mujeres que el estilo no se trata solo de lo que se lleva, sino de cómo se lleva. Al igual que las musas de Hitchcock, que encarnaban una elegancia recatada y misteriosa, el estilo ‘ladylike’ sugiere que hay un poder en lo que se insinúa más que en lo que se muestra, creando una narrativa visual que atrae y seduce.
El ‘ladylike’ también se manifiesta en la elección de tejidos y detalles que realzan la sofisticación del atuendo. Vestidos de tirantes en negro o con estampados florales, así como prendas minimalistas que evocan el lujo silencioso, son esenciales en esta tendencia. La estilista Monica Logo destaca que la clave para lograr un look monocromático radica en los detalles, como una gargantilla de perlas, un broche de brillantes o un cinturón delgado con hebilla dorada. Estos elementos no solo complementan el atuendo, sino que también aportan una dimensión de elegancia y refinamiento que es fundamental para el estilo ‘ladylike’. Además, accesorios como bolsos de mano o cruzados en cadena, guantes y sombreros cloché son imprescindibles para completar el look, aportando un toque de nostalgia que resuena con la época dorada del cine y la moda.
Esta tendencia no se limita solo a la moda, sino que también ha permeado otros ámbitos como la perfumería y el interiorismo. Fragancias como Chypre 21 de Heeley, con notas de rosa, bergamota y patchouli, evocan las divas de los años cincuenta y su glamour, mientras que en el diseño de interiores se observa un regreso a las líneas limpias y geométricas del estilo midcentury, con influencias de diseñadores icónicos como Eames y Arne Jacobsen. Este cruce de tendencias demuestra que el estilo ‘ladylike’ no es solo un fenómeno pasajero, sino un movimiento que busca reintegrar la elegancia y la sofisticación en la vida cotidiana, ofreciendo a las mujeres una forma de expresión que es a la vez atemporal y contemporánea.
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El nuevo estilo ‘ladylike’ se presenta como una celebración de la feminidad y la elegancia, rescatando elementos de una época dorada y adaptándolos a las necesidades y gustos actuales. A medida que las mujeres buscan maneras de expresar su individualidad y sofisticación en un mundo cada vez más casual, esta tendencia ofrece una respuesta poderosa que combina nostalgia con modernidad, invitando a todas a redescubrir el arte de vestirse con gracia y estilo.