En diciembre de 2024, Nike da inicio a una nueva etapa bajo la dirección de Elliott Hill, quien ocupa el cargo de consejero delegado en reemplazo de John Donahoe. Este cambio surge tras un año complicado para la compañía, marcado por una estrategia que priorizó la operativa sobre la esencia innovadora y mágica del deporte que históricamente ha caracterizado a la marca. Hill, quien se describe a sí mismo y a Nike como “soñadores, optimistas e inventores”, parece tener la misión de devolver a la empresa a sus raíces creativas y deportivas, en medio de una delicada situación en la que los resultados financieros habían mostrado la caída más pronunciada en una década.
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La necesidad de cambio en la dirección de Nike fue evidente al cerrar 2023 con cifras de ventas decepcionantes. En este periodo, la compañía experimentó una desaceleración operativa que comenzó a ser preocupante desde mediados de año, con analistas advirtiendo sobre la pérdida de conexión con su base de consumidores y la erosión de su posición como líder en innovación en el sector deportivo. A pesar de cerrar el año con un ligero aumento en ventas, el resultado neto en el último trimestre de 2023 mostró una disminución, evidenciando el impacto negativo de decisiones estratégicas anteriores bajo el liderazgo de Donahoe, quien se enfocó en la eficiencia y los procesos operativos, en detrimento de la conexión emocional y creativa con los atletas y el público.
A lo largo de su primer trimestre como CEO, Hill se enfrenta a la herencia de los desafíos generados por las decisiones de su predecesor, junto con la necesidad urgente de revitalizar tanto la percepción interna como externa de Nike. Las cifras del primer trimestre de 2024 muestran un descenso considerable en los ingresos y en el beneficio neto, lo que refleja la necesidad de implementar cambios rápidos y significativos. Aunque Hill ha presentado una nueva estrategia de innovación, llamada “Speed Lane”, los efectos de su liderazgo no se verán con claridad hasta el tercer trimestre, ya que los resultados de este periodo aún son influenciados por las estrategias de Donahoe.
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El desafío que enfrenta Elliott Hill es considerable. Debe no solo revertir las tácticas que alejaron a Nike de sus consumidores y distribuidores, sino también recuperar la confianza y la motivación de sus empleados, que se sienten desilusionados tras una prolongada etapa de ajustes y recortes. Hill, con más de tres décadas de experiencia en Nike y un profundo amor por la marca, se comprometió a impulsar un renacer que reestabilice a la compañía en el competitivo mercado del deporte. En su primer mensaje a los analistas, reiteró su compromiso de restaurar la magia de Nike y conectar nuevamente con su legado de innovación y creación, pilares que han sido cruciales para su éxito a lo largo de los años.