El gobierno de México ha decidido implementar un arancel del 35% a las importaciones de productos textiles, además de establecer restricciones asociadas al programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (Immex). Esta medida fue anunciada el 19 de diciembre por la presidenta Claudia Sheinbaum y tiene como objetivo proteger la industria local de la moda, particularmente en un contexto de creciente tensión comercial con Estados Unidos. El nuevo gravamen se aplicará a todos los países con los que México no tiene un acuerdo de libre comercio, impactando especialmente al comercio asiático, aunque los productos provenientes de Estados Unidos quedarán exentos.
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Esta política llega en un momento crucial, ya que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado preocupaciones sobre las importaciones chinas que se canalizan a través de México. Actualmente, México es el principal socio comercial de Estados Unidos, recibiendo el 85% de sus exportaciones. Al establecer altas tarifas sobre los textiles importados, el gobierno mexicano busca defender su sector manufacturero mientras responde a las acusaciones de que está actuando como un punto de entrada para productos asiáticos, especialmente los de origen chino.
Además, el decreto prohibirá la importación temporal de productos de confección bajo el esquema Immex, que permitía a las empresas extranjeras operar en México con beneficios fiscales significativos. Este programa suele facilitar el movimiento de productos destinados a la reexportación a Estados Unidos; sin embargo, la nueva legislación podría eliminar las ventajas de costos y generar una competencia más equitativa para los productores mexicanos. Esta decisión también apoya las quejas de los empresarios locales que argumentan que las importaciones chinas, a menudo sin impuestos, han distorsionado el mercado nacional.
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También se ha señalado que muchas marcas estadounidenses de comercio electrónico han estado utilizando la disposición de minimis de la Sección 321, que les permite eludir los derechos de aduana en envíos valorados en 800 dólares o menos al importar productos de China a México antes de enviarlos a Estados Unidos. Aunque las leyes estadounidenses no se han visto afectadas de inmediato por esta nueva medida, podría aumentar la presión sobre el Congreso para que se reforme la legislación actual, especialmente dado el creciente interés en eliminar la disposición de minimis completamente. Así, México se posiciona para fortalecer su sector textil mientras navega en un delicado panorama comercial.