El sector minorista, especialmente el de los grandes almacenes, ha experimentado profundos cambios en las últimas décadas, impulsados por la irrupción del comercio electrónico, los cambios en los hábitos de consumo y la creciente competencia de nuevos actores. Macy’s, uno de los gigantes estadounidenses de los grandes almacenes, no ha sido ajeno a estos desafíos, adaptándose continuamente para mantener su relevancia en un mercado cada vez más competitivo. En este contexto, los resultados del ejercicio 2024 de Macy’s presentan una imagen contrastada, con un fuerte aumento del beneficio neto, pero una disminución de las ventas, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de su modelo de negocio y su estrategia a largo plazo.
Macy’s cerró el ejercicio 2024 (finalizado el 1 de febrero de 2025) con un beneficio neto de 582 millones de dólares, casi trece veces más que los 45 millones de dólares registrados en el año anterior. Este espectacular aumento del beneficio neto es sin duda una noticia positiva para la compañía, que ha logrado mejorar significativamente su rentabilidad en un entorno desafiante. Sin embargo, este aumento del beneficio neto contrasta con la disminución de las ventas, que alcanzaron los 23.006 millones de dólares, de los cuales 22.293 millones se correspondieron a las ventas efectuadas, lo que representa una caída del 3,4% con respecto al año anterior. Esta divergencia entre el beneficio neto y las ventas sugiere que Macy’s ha logrado mejorar su rentabilidad a través de medidas de reducción de costes y eficiencia operativa, pero que sigue enfrentando dificultades para impulsar el crecimiento de sus ingresos.
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La empresa ha incurrido en unos gastos totales de 22.097 millones de dólares, un 6,2% menos. A pesar del incremento del resultado neto, la empresa ha reducido hasta un 3,4% las ventas a cierre del año fiscal. Estos datos sugieren que Macy’s ha logrado mejorar su rentabilidad a través de medidas de reducción de costes y eficiencia operativa, pero que sigue enfrentando dificultades para impulsar el crecimiento de sus ingresos. El presidente y consejero delegado de Macy’s, Tony Spring, ha destacado que las inversiones en la experiencia del cliente han permitido alcanzar las ventas comparables más elevadas del año, «nuestro mejor resultado en once trimestres». Esta afirmación sugiere que la estrategia de Macy’s de centrarse en la mejora de la experiencia del cliente está dando resultados positivos, aunque estos no sean suficientes para compensar la caída general de las ventas.
En el cuarto trimestre del ejercicio, Macy’s obtuvo unas ganancias de 342 millones de dólares, frente a unas pérdidas de 128 millones de dólares en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, los ingresos también se redujeron en el último trimestre un 4,4%, hasta 8.007 millones de dólares. Estos resultados trimestrales confirman la tendencia observada en el conjunto del año, con una mejora de la rentabilidad, pero una disminución de las ventas.
De cara a 2025, Macy’s prevé que las ventas cierren entre los 21.000 y 21.400 millones de dólares, lo que implica una nueva caída con respecto a los resultados de 2024. La empresa también ha estimado que su beneficio ajustado por acción diluida estaría entre los 2,05 y 2,25 dólares. Estas previsiones sugieren que Macy’s no espera una recuperación significativa de sus ventas en el corto plazo, y que seguirá centrada en la mejora de su rentabilidad a través de medidas de reducción de costes y eficiencia operativa. La estrategia de Macy’s para los próximos años, denominada «Bold New Chapter», contempla el cierre de hasta 150 tiendas de Macy’s en un total de tres años, así como la apertura de hasta 15 tiendas del concepto de lujo de Bloomingdale’s, Bloomies, y otros 30 establecimientos de Bluemercury. Esta estrategia refleja la apuesta de Macy’s por la diversificación de su oferta y la expansión de sus marcas de lujo, en un intento de atraer a nuevos clientes y compensar la caída de las ventas en sus grandes almacenes tradicionales.
El ejercicio 2024 de Macy’s ha estado marcado por varios conflictos internos, incluyendo el descubrimiento de una manipulación contable por parte de un empleado, que afectó a 146,7 millones de dólares. Este incidente ha generado preocupación sobre los controles internos de la compañía y su capacidad para prevenir y detectar este tipo de irregularidades. Además, dos de los principales inversores de Macy’s, Barington Capital Group y Thor Equities, han instado a la compañía a deshacerse de Bloomingdale’s y Bluemercury, así como a reorganizar sus bienes inmobiliarios, que alcanzan un valor de entre 5.000 millones y 9.000 millones de dólares, y gestionarlos a través de una filial independiente. Estas presiones por parte de los inversores reflejan la incertidumbre sobre la estrategia de Macy’s y su capacidad para generar valor a largo plazo.
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La situación de Macy’s refleja los desafíos que enfrentan los grandes almacenes tradicionales en un entorno minorista en constante evolución. La creciente competencia del comercio electrónico, los cambios en los hábitos de consumo de los millennials y la generación Z, y la necesidad de adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores, son algunos de los factores que están transformando el sector minorista y obligando a las empresas a reinventarse. Para superar estos desafíos, Macy’s deberá seguir apostando por la innovación, la diversificación de su oferta, la mejora de la experiencia del cliente y la optimización de su estructura de costes. La compañía también deberá ser capaz de adaptarse a los cambios en los patrones de consumo y a las nuevas tendencias del mercado, para seguir siendo relevante y atractiva para los consumidores del siglo XXI.
Los resultados del ejercicio 2024 de Macy’s presentan una imagen contrastada, con un fuerte aumento del beneficio neto, pero una disminución de las ventas. Esta divergencia refleja los desafíos que enfrenta la compañía en un entorno minorista en constante evolución, y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de su modelo de negocio y su estrategia a largo plazo. Macy’s deberá seguir apostando por la innovación, la diversificación de su oferta, la mejora de la experiencia del cliente y la optimización de su estructura de costes, para superar estos desafíos y mantener su posición de liderazgo en el mercado. La capacidad de Macy’s para adaptarse a los cambios en los patrones de consumo y a las nuevas tendencias del mercado será clave para determinar su éxito en el futuro. La presión de los inversores para que la empresa se deshaga de Bloomingdale’s y Bluemercury, así como para que reorganice sus bienes inmobiliarios, añade una capa adicional de complejidad a la situación de Macy’s, y plantea interrogantes sobre el futuro de la compañía y su estrategia a largo plazo. La evolución de Macy’s en los próximos años será un indicador clave de la salud del sector de los grandes almacenes y su capacidad para adaptarse a los desafíos del mundo actual. El equilibrio entre la mejora de la rentabilidad y la recuperación del crecimiento de las ventas será fundamental para garantizar la sostenibilidad del modelo de negocio de Macy’s a largo plazo.
