La presión ejercida por los ‘lobbys sostenibles’ en la industria textil está ganando fuerza, especialmente en el contexto de la Convención legislativa de la Unión Europea que se está iniciando. Entidades destacadas como IndustriAll y Fashion Revolution han firmado una carta que reclama la actualización de la Estrategia para los Textiles Sostenibles, la cual actualmente data de 2022. A pesar de ser reconocida como un paso crucial hacia la sostenibilidad en el sector, estos lobbys argumentan que es necesario expandir y reforzar esta estrategia para abordar de manera más efectiva los desafíos actuales que enfrenta la moda. La demanda de estas organizaciones se centra en que la nueva estrategia se construya sobre bases sólidas que fomenten un sector textil más justo y sostenible en este nuevo ciclo legislativo.
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El mensaje es claro y apunta a la necesidad de los legisladores europeos para adoptar un enfoque más integral, que no solo contemple aspectos como el uso de fibras recicladas o la durabilidad de las prendas, sino que también dirija la atención hacia la producción masiva de moda y su impacto ambiental. Uno de los puntos críticos que las organizaciones subrayan es el problema del ‘fast fashion’ y la sobreproducción, que culmina en un exceso de prendas que terminan en almacenes. En lugar de limitarse a una mayor proporción de materiales reciclables, los lobbys exigen que Bruselas implemente legislaciones que limiten el número de prendas nuevas introducidas en el mercado anualmente, abordando así la raíz de la sobreproducción y sus efectos perjudiciales en el medio ambiente.
La segunda dimensión que los lobbys destacan es la necesidad de mejorar las condiciones laborales de las personas que forman parte de la cadena de suministro en la industria textil. Abogan por la implementación de políticas que garanticen salarios mínimos justos y se enfoquen en la transparencia y trazabilidad a lo largo de toda la cadena de valor. Este llamado es fundamental no solo para asegurar el bienestar de los trabajadores, sino también para fomentar un nivel de confianza mayor entre los consumidores respecto a las prácticas de sostenibilidad de las marcas. Entre las propuestas específicas se incluye la obligación de que las empresas revelen sus listas de proveedores y amplíen la información publicada en sus memorias anuales, así como una revisión exhaustiva de las directivas de etiquetado en Europa.
Además, el tercer pilar propuesto por estas entidades se centra en seguir reforzando la regulación en cuanto a la publicidad y comercialización de productos de moda. Los lobbys enfatizan la importancia de erradicar las afirmaciones sobre la sostenibilidad que no tengan una base científica sólida. Esto no solo busca proteger a los consumidores de afirmaciones engañosas, sino también contribuir a un marco de responsabilidad donde las marcas se vean obligadas a respaldar sus promesas sobre la sostenibilidad con pruebas verificables. Al establecer criterios claros y rigurosos para cualquier claim alegado, se pretende generar un mercado más informado y responsable que fomente prácticas realmente sostenibles en la industria.
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La carta conjunta firmada por diversos lobbys sostenibles solicita a Bruselas que tome medidas proactivas y actualice su estrategia en materia de sostenibilidad textil. A través de una reforma que contemple la reducción de la producción excesiva, el fortalecimiento de los derechos laborales y la regulación de la publicidad engañosa, se busca crear un marco que promueva no solo una industria más sostenible sino también un entorno laboral más equitativo. Con el inicio de este nuevo ciclo legislativo, estas demandas reflejan una creciente conciencia sobre las repercusiones ambientales y sociales de la moda, y subrayan la urgente necesidad de una acción coordinada a nivel europeo para abordar estos desafíos de manera efectiva.