Esprit se encuentra en una situación delicada tras la supuesta firma de un acuerdo por parte de su director ejecutivo, William Pak, para obtener un 25% de las ventas de los productos licenciados bajo la marca. Este contrato fue firmado antes de que la compañía se declarara en insolvencia a mediados de 2024, lo que ha generado inquietudes sobre el futuro de la marca en el mercado. Las circunstancias alrededor de esta licitación se complican más debido a que, en octubre, Deichmann adquirió los derechos de la marca Esprit para comercializar productos en todas las categorías, aunque transfería los derechos de las líneas de ropa a Theia Brand, que recientemente cambió su nombre a Pink Shop Capital Limited.
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La relación entre Esprit, Deichmann y Pink Shop Capital ha suscitado dudas sobre la transparencia de estas transacciones. Se ha revelado que Pink Shop Capital está registrada en la misma dirección que la filial estadounidense de Esprit, lo que plantea inquietudes sobre la gestión de los activos de la empresa. Según informes, los activos de las compañías alemanas fueron transferidos a otras entidades bajo la supervisión de Pak antes de la declaración de insolvencia, lo que añade un elemento controversial a la situación ya crítica de Esprit.
A pesar de estos problemas, Deichmann logró adquirir los derechos de marca de Esprit, incluyendo los derechos europeos de la marca de moda, patrones y direcciones de Internet. Este acuerdo fue aprobado tras el visto bueno de los comités de acreedores de las entidades insolventes de Esprit, lo que permite a Deichmann continuar vendiendo calzado Esprit, segmento en el que ya estaba operando desde 2019 mediante el pago de derechos de licencia anuales. La reciente adquisición podría representar una línea de salvación para la marca, aunque sigue rodeada de controversia.
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El grupo Esprit ha pasado por un periodo de graves dificultades en los últimos años, lo que ha culminado en su declaración de insolvencia y en la posterior quiebra en Francia durante el verano de 2024. La compañía, que acumulaba pérdidas y había visto una notable caída en las ventas, vendió sus derechos de negocio europeo a Alteri, un fondo de inversión británico, aunque esto se realizó bajo un “acuerdo básico aún no vinculante”. En agosto, Esprit anunció que cerraría todas sus tiendas y cambiaría su modelo de negocio hacia un enfoque de licencias, poniendo a la venta alrededor de 2.000 artículos a través de una subasta en línea. La situación de la marca sigue siendo objeto de investigación por parte del bufete alemán Flöther & Wissing.