La historia del enfrentamiento entre Adidas y Nike en la industria del calzado deportivo, especialmente en el contexto de la NBA, es un fascinante estudio de mercado que se centra en una decisión crucial que permitió que Nike se posicionara como el líder indiscutible en este sector. Durante gran parte de los años 70 y hasta mediados de los 80, Adidas dominó el mercado de la NBA, con una presencia fuerte entre los jugadores y en las canchas. La marca de las tres franjas era sinónimo de baloncesto; sin embargo, en 1984, un evento crucial cambiaría el rumbo de este dominio. En el centro de este momento estuvo Michael Jordan, un prometedor jugador salido de la Universidad de Carolina del Norte, quien buscaba no solo debutar en la NBA, sino también hacerlo con unos zapatillas Adidas.
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La fascinación de Michael Jordan por Adidas era evidente, lo que lo llevó a atraer la atención de la marca, que vio en él una futura estrella. Sin embargo, la dirección de Adidas tomó una decisión estratégica que les resultaría desastrosa. La empresa alemana, en un momento en el que necesitaba consolidar su presencia en el mercado estadounidense, decidió que el baloncesto ya no sería una de sus prioridades. Esta decisión vino motivada, en parte, por una visión limitada del potencial del baloncesto en relación al mercado europeo, lo que hizo que Adidas, como marca, no priorizara la firma de un contrato exclusivo con Jordan. Este cambio en la estrategia dejó a Michael Jordan sin una opción viable, creando un vacío en el que Nike se apresuró a entrar.
Nike, viendo la oportunidad de capitalizar la falta de interés de Adidas en el baloncesto y en la figura de Jordan, hizo una oferta que ciertamente fue irresistible. Le ofrecieron 500 mil dólares anuales y la posibilidad de diseñar su propia línea de zapatos. La propuesta era atractiva no solo por la compensación financiera, sino también por el control creativo que se le ofrecía a Jordan en el diseño de sus zapatillas. Esto era algo que Adidas no logró proporcionar, y cuando Jordan intentó comunicar su interés por un acuerdo con la marca alemana, esta se mantuvo firme en su decisión de no firmar, lo que selló su destino.
La decisión de Nike de involucrarse con Michael Jordan marcó el inicio de una relación que ha perdurado durante más de cuatro décadas. La marca no solo capitalizó el talento y el carisma de Jordan, sino que también lanzó al mercado la icónica línea Air Jordan. En su primer año, Nike logró generar ventas por 126 millones de dólares, superando por mucho las proyecciones iniciales de 3 millones. Este fenómeno no sólo transformó la trayectoria de Nike, sino que también reconfiguró la industria del calzado y el marketing deportivo. La marca Air Jordan ha continuado teniendo un impacto duradero en el mercado, acumulando más de 5 mil 100 millones de dólares en ventas a lo largo de los años.
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La decisión de Adidas de desestimar el potencial de Michael Jordan y la NBA ha sido considerada un error monumental en la historia del marketing deportivo. Mientras que Nike logró no solo establecer una sólida alianza comercial con Jordan, sino también redefinir la percepción de lo que el calzado deportivo podía representar en el ámbito cultural. Este episodio subraya la importancia de entender y adaptarse a las dinámicas del mercado, especialmente en el caso de personalidades influyentes como Michael Jordan, cuyo impacto ha estado marcado no solo por su juego en la cancha, sino también por su habilidad para transformar el marketing deportivo en una industria multimillonaria.