El mercado del lujo para 2024, según las previsiones de Bain & Company y Altagamma, revela un panorama de estancamiento en el gasto mundial, que se prevé que cierre en aproximadamente 1.500 millones de euros. Este sería el primer descenso significativo en el gasto en artículos de lujo desde la Gran Recesión de 2008, a excepción de la notable caída en 2020 provocada por la pandemia de COVID-19. El informe detalla cómo las categorías de artículos personales de lujo, coches, servicios de hotel, bebidas alcohólicas y alimentación gourmet componen el total del mercado, siendo los artículos de uso personal los más afectados con un descenso proyectado del 2%. Este fenómeno puede atribuirse a una combinación de factores, entre los que se destacan la incertidumbre macroeconómica y el aumento constante de los precios, lo que ha llevado a los consumidores, especialmente a los de la generación Z, a reducir sus gastos en estos productos considerados discrecionales.
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La investigación también pone de relieve una marcada polarización en el comportamiento del consumidor. Por un lado, se observa una reducción en la base de clientes de lujo, con alrededor de 50 millones de consumidores que han decidido dejar de lado sus compras en dicho sector, evidenciando una tendencia hacia el lujo experiencial sobre el lujo material. A pesar de esta caída en el número de consumidores involucrados en el mercado de artículos de lujo, aquellos con un mayor poder adquisitivo, que suelen buscar exclusividad, continúan demandando productos de lujo. Así, el sector de artículos personales de lujo ha visto una tendencia creciente hacia productos que puedan brindar experiencias o caprichos accesibles, como las fragancias y, en menor medida, ciertas categorías de equipamiento personal como las gafas. En contraste, otros segmentos como la joyería, los relojes y los artículos de cuero han comenzado a sentir una desaceleración en términos de ventas, lo que es un indicativo del cambio hacia un consumo más selectivo y consciente por parte de los consumidores.
Geográficamente, el informe muestra un contraste significativo entre regiones. Estados Unidos aparece como un mercado con signos de crecimiento a pesar de fluctuaciones en la confianza del consumidor y una reducción en el tráfico peatonal, sugiriendo que hay un apetito continuo por el lujo en determinadas áreas. En el caso de Japón, el gasto ha aumentado gracias a un tipo de cambio favorable y el turismo, aunque con una tendencia reciente a la normalización. Por otro lado, China continental ha visto un deterioro considerable, lo que se ha agravado por la falta de confianza de los consumidores y un éxodo de turistas hacia Europa y otros destinos cercanos. Finalmente, Europa sigue mostrando un crecimiento sostenido, impulsado por el interés turístico, especialmente en sus principales ciudades y zonas turísticas del sur, representando un contraste con las dificultades que enfrenta China y la polarización existente en otros mercados.
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Es fundamental resaltar que los mercados emergentes, tales como América Latina, India, el Sudeste Asiático y África, se perfilan como oportunidades de crecimiento para el futuro, con una previsión de más de 50 millones de nuevos consumidores de lujo de clase media-alta para 2030. Esto indica que, aunque el 2024 se presenta como un año de estancamiento en el mercado del lujo en general, las marcas deben ajustar su propuesta de valor y enfocarse en la diversificación y la adaptación a la evolución de los comportamientos de compra para sobrevivir y prosperar en este entorno cambiante.