El denim ha recorrido un largo camino desde sus humildes orígenes, convirtiéndose en un tejido que no solo se mantiene relevante, sino que se moderniza constantemente. Su historia se remonta a la Fiebre del Oro en el Lejano Oeste de Estados Unidos, donde los trabajadores necesitaban ropa resistente. Levi Strauss, un visionario comerciante del siglo XIX, fue clave en esta evolución al ofrecer pantalones hechos de un tejido duradero que importaba de Francia, conocido por su resistencia y versatilidad. Aunque algunos rastrean el origen del denim hasta el siglo XII en la ciudad de Nimes, se puede decir que su popularidad actual comenzó con estos pantalones vaqueros, que se convirtieron en la prenda elegida por íconos de la música y el cine como Elvis Presley, James Dean y Marilyn Monroe durante la primera mitad del siglo XX.
Hoy en día, el denim ha logrado superar la percepción de ser solo ropa de trabajo o informal. En las pasarelas de moda, especialmente en las colecciones de otoño-invierno 2024/25, casas de lujo como Chanel, Carolina Herrera, Jacquemus y Versace han presentado diseños que incorporan este tejido de formas innovadoras. Se están creando looks sofisticados que mezclan el denim con elementos de alta costura, transformándolo en una opción viable para eventos formales, incluida la alfombra roja.
Este avance hacia el lujo se refleja también en las elecciones de vestimenta de figuras destacadas de la realeza, como la Reina Letizia de España. En septiembre de 2024, ella deslumbró con un vestido de denim de Carolina Herrera en la ceremonia de entrega de los Premios Retina, combinándolo con elegantes accesorios que elevaron el look a algo formal y chic, desafiando la noción tradicional de qué es aceptable para ropa de gala. Este acto no fue un caso aislado; otras royals como Rania de Jordania y Máxima de Holanda también han optado por el denim en eventos importantes, simbolizando un cambio en la moda real hacia un estilo más accesible y moderno.
Además, el uso del denim en la alfombra roja se ha vuelto más común, con celebridades como Philippine Leroy-Beaulieu, protagonista de «Emily in Paris», luciendo un look denim de Schiaparelli en un evento mediático, demostrando que el denim ahora puede coexistir con la sofisticación y el glamour previamente reservados a los tejidos más tradicionales. Este enfoque moderno apoya la idea de que el denim ha encontrado su lugar en el armario de figuras influyentes y puede ser sinónimo de elegancia.
La historia del denim también tiene sus pioneros icónicos en la cultura pop, como Britney Spears, quien hizo olas en los American Music Awards de 2001 con un memorable look de denim, acompañado de Justin Timberlake en un traje vaquero a juego. Este evento no solo solidificó la visibilidad del denim en la moda de lujo, sino que también planteó la cuestión de su capacidad para competir con estilos considerados más formales. Este famoso atuendo ha sido recordado como un hito en la moda, llevando el concepto del «Canadian Tuxedo» a nuevas alturas y mostrando que las prendas vaqueras pueden ser tanto audaces como elegantes.
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Así, el denim ha evolucionado de una prenda utilitaria a un símbolo de estilo que abarca todas las facetas del mundo de la moda. Su fusión con el lujo y las altas pasarelas es un testimonio de su adaptabilidad, señalando que este tejido no solo no envejece, sino que continúa reinventándose; un fenómeno que no parece tener fin y que retará continuamente las convenciones de la moda contemporánea.