La reciente caída del 9,3% en el empleo de la industria de la moda durante el tercer trimestre de 2024 pone de relieve las serias dificultades que enfrenta este sector. La reducción, que se manifiesta en una disminución significativa en la plantilla de los segmentos de textil, confección y calzado, es un indicativo claro de la reestructuración y ajuste que han tenido que llevar a cabo las empresas para adaptarse a un entorno económico complejo. Este descenso en el empleo es preocupante, especialmente dado que se sitúa en un contexto donde, en general, el mercado laboral en España ha mostrado signos de crecimiento, aumentando la diferencia entre la moda y otros sectores laborales.
Ver también: Victoria’s Secret: Un renacer contemporáneo
Es en el segmento de la confección donde se han producido las mayores caídas, con una alarmante reducción del 32%, lo que deja la cifra de empleados en solo 35.900. Esta situación crítica resalta cómo la confección ha perdido su estatus desde el segundo trimestre de 2023, convirtiéndose en el área con menor empleo de la industria de la moda. A pesar de que la caída en comparación con el segundo trimestre de 2024 ha sido más moderada, con un descenso del 5,7%, la pérdida de empleos en este segmento es un claro reflejo de la reestructuración del sector, que posiblemente se deba a cambios en los patrones de consumo, el aumento de costos y la competencia de mercados externos. La continua disminución de empleados en la confección sugiere un acercamiento a una crisis más amplia que podría afectar no solo a las empresas involucradas, sino también a la economía local y nacional.
El sector del textil, aunque ha mantenido una caída más moderada del 6% en comparación con el mismo trimestre del año anterior, también está enfrentando un periodo difícil. Este segmento había disfrutado de ciertos incrementos en el año anterior, pero ahora se encuentra bajo una presión creciente, reflejando una caída de 8,2% en términos intertrimestrales. Esta situación implica que, a pesar de un comienzo más optimista, probablemente influenciado por factores como un aumento temporal en la demanda o cambios en los hábitos de compra, el sector no ha logrado sostener esos niveles de empleo. La tendencia indica que, si bien se anteven algunos signos de recuperación en el futuro, este proceso será lento y estará marcado por desafíos continuos.
Por el contrario, el segmento del calzado se presenta como el único que ha logrado un crecimiento en su número de empleados, mostrando un incremento del 12,3% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta tendencia es notable ya que representa una clara diferenciación dentro de la industria de la moda, indicando que el sector del calzado ha sabido adaptarse mejor a las condiciones del mercado. Sin embargo, también es importante resaltar que, en términos intertrimestrales, este sector ha experimentado su primera caída desde el último trimestre de 2023, con un descenso del 6%. Esto sugiere que, aunque hay un crecimiento interanual, las condiciones del mercado son igualmente volátiles, reflejando una posible inestabilidad futura.
El contraste entre la disminución del empleo en la industria de la moda y el crecimiento general del mercado laboral en España subraya un escenario preocupante. Mientras el número total de ocupados en el país ha aumentado un 1,75% interanual, alcanzando los 21,8 millones, los sectores de moda muestran una tendencia opuesta. Este desajuste plantea preguntas sobre la sostenibilidad y la competitividad de la industria de la moda en un mercado que, a primera vista, parece estar en buen estado de salud.
Ver también: Subconsumo: La nueva revolución de la moda
Finalmente, la Encuesta de Población Activa (EPA) resalta que esta situación no es simplemente un fenómeno temporal, sino un problema estructural que puede requerir respuestas políticas y económicas adecuadas para revitalizar la industria. Adecuar la oferta laboral a las nuevas demandas del consumidor, la digitalización y la sostenibilidad serán vitales para que la industria de la moda no solo recupere las posiciones perdidas, sino que también se adapte y prospere en un futuro cada vez más exigente. El camino a seguir debe contemplar la innovación y la mejora continua para no perder de vista tanto la competitividad como la relevancia en un mercado global.