Abercrombie & Fitch ha recorrido un notable camino en su evolución de ser uno de los minoristas más controversiales de Estados Unidos a convertirse en una marca altamente valorada, especialmente entre la Generación Z. Durante las últimas décadas, la empresa ha experimentado vicisitudes que reflejan cambios significativos en la cultura de consumo, la moda y las expectativas sociales. En 2023, Abercrombie se destacó como la acción con mejor rendimiento del índice S&P 500, con un impresionante aumento del 285% en su valor de mercado. Este reciente éxito es especialmente sorprendente considerando el panorama desolador de su imagen de marca hasta hace poco, cuando en 2016 fue apuntada como la más odiada por los consumidores. Esto se debió, en parte, a su enfoque erróneo hacia los ideales de belleza, su marketing hipersexualizado y aspectos raciales controvertidos que llevaron a una demanda en la Corte Suprema.
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La transformación de Abercrombie ha sido considerable y silenciosa, comenzando en 2019 y continuando con un enfoque renovado en la inclusividad y la sostenibilidad. Una de las claves de su resurgimiento ha sido la revisión de su diseño de productos y marketing, alejándose de la imagen que previamente proyectaba hacia un público objetivo más maduro, especialmente jóvenes en sus veinte años. La estrategia ha incluido la creación de prendas que se adapten a diversas situaciones de la vida contemporánea, como blazers y trajes para el trabajo, así como opciones más variadas para eventos sociales, lo que muestra una comprensión más profunda de las necesidades y deseos de la generación actual. Kristen Classi-Zummo, analista de moda, señala que la nueva Abercrombie busca reconectar con los millennials que crecieron con la marca y que ahora están entrando en una nueva etapa de sus vidas.
Corey Robinson, quien ha estado liderando esta transformación desde 2018, enfatiza la importancia de entender el estilo de vida de estos jóvenes adultos, quienes ven el éxito de manera distinta a las generaciones anteriores. La marca ha dejado atrás los jeans de tiro bajo que solían definirla y ha abrazado un enfoque más equilibrado hacia la moda, ofreciendo ropa más funcional y en línea con las tendencias actuales de comodidad y estilo. Este nuevo enfoque ha desafiado la noción de la moda rápida y ha comenzado a establecer a Abercrombie como un referente de elegancia y adaptación a la vida moderna. Las expectativas han cambiado, y la nueva Abercrombie parece estar respondiendo adecuadamente a esta evolución, lo que se refleja no solo en sus ventas, sino también en su reputación renovada en el mercado.
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Con planes ambiciosos para alcanzar ingresos de 5,000 millones de dólares en los próximos años, el futuro de Abercrombie parece positivo. A medida que la marca continúa transformándose, se enfrenta al desafío de mantenerse relevante y alineada con los valores de sus consumidores, que privilegian la autenticidad, la inclusividad y la sostenibilidad. La metamorfosis de Abercrombie es un testimonio de su capacidad de adaptación y reinvención en un panorama minorista cada vez más competitivo y cambiante. Con una base de clientes rejuvenecida y una propuesta de valor renovada, Abercrombie se posiciona no solo para recuperar su lugar en el mercado, sino para convertirse en una marca emblemática para un nuevo público que valora la autenticidad y la diversidad en la moda.