Sistema Presvet genera controversia entre los veterinarios y los farmacéuticos
La reciente implementación del sistema Presvet en España ha desatado una fuerte controversia entre los veterinarios y los farmacéuticos. La normativa, vigente desde el 2 de enero de 2024, establece nuevas reglas para la prescripción y dispensación de medicamentos para animales, prohibiendo a las clínicas veterinarias vender antibióticos directamente a los propietarios de mascotas. Esta medida, derivada del Real Decreto 666/2023, busca adaptarse a la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios y combatir la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, el sector veterinario se ha movilizado en contra de estas restricciones, alegando dificultades operativas y posibles riesgos para la salud animal.
¿Qué es el sistema Presvet?
Presvet es un sistema de registro obligatorio para los antibióticos utilizados en animales. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), este sistema no limita la capacidad de los veterinarios para prescribir tratamientos, sino que impone un control más estricto sobre el uso de antibióticos, alineándose con las políticas europeas de salud pública. No obstante, los veterinarios sostienen que este cambio afecta negativamente su práctica profesional.
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Posición de los veterinarios: Descontento y protestas
El pasado 11 de febrero, las clínicas veterinarias de todo el país cerraron sus puertas en señal de protesta. Los profesionales del sector argumentan que el nuevo sistema burocratiza en exceso el proceso de tratamiento, especialmente para aquellos que trabajan con animales exóticos. Tomás Palomares Rolandi, veterinario especialista en animales exóticos, expresó que el sistema impone una secuencia rígida de uso de antibióticos, lo cual podría alargar innecesariamente los tiempos de tratamiento y poner en riesgo la vida de los animales.
Argumentos de los farmacéuticos: Cumplir la ley es esencial
Por su parte, Rafael Areñas Velasco, vicepresidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, defiende la nueva normativa. Explica que el sistema Presvet responde a un Plan Nacional contra la Resistencia a los Antibióticos y a la estrategia ‘Una sola salud’ de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta política establece que muchas enfermedades infecciosas en humanos tienen origen animal, justificando así un mayor control en el uso de medicamentos veterinarios.
La nueva normativa obliga a los veterinarios a seguir un protocolo estricto antes de poder utilizar ciertos antibióticos. Primero, deben agotar las opciones de la Lista D, luego la C, y posteriormente la B, tras realizar cultivos y estudios adicionales. Este proceso puede extenderse durante semanas, generando frustración tanto en los veterinarios como en los dueños de mascotas. Además, las sanciones por incumplimiento son severas, con multas que pueden alcanzar los 90.000 euros, aunque el MAPA ha prometido un periodo de adaptación sin penalizaciones estrictas.
Reacciones institucionales
La Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar) y la cooperativa farmacéutica Cofares respaldan la nueva normativa, argumentando que es fundamental para evitar conflictos de interés. Según ellos, permitir que los veterinarios prescriban y dispensen medicamentos a la vez podría poner en riesgo la salud pública.
Aunque el Ministerio ha mostrado disposición a flexibilizar el régimen sancionador, no parece haber indicios de que se revierta el sistema Presvet. Los veterinarios continúan organizando movilizaciones y buscando negociar cambios, mientras los farmacéuticos insisten en la necesidad de acatar la ley y proteger la salud pública.
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La batalla entre veterinarios y farmacéuticos por la dispensación de antibióticos a las mascotas refleja un conflicto más profundo sobre la autonomía profesional y la salud pública. Encontrar un equilibrio entre las regulaciones sanitarias y la práctica diaria de los veterinarios será crucial para evitar perjuicios innecesarios tanto para los animales como para sus dueños.