Organizaciones en Reino Unido piden el cierre progresivo de los cafés de gatos
Los cafés de gatos han crecido en popularidad en el Reino Unido, ofreciendo a los clientes la oportunidad de disfrutar de una bebida mientras interactúan con felinos en un ambiente relajado. Sin embargo, esta tendencia enfrenta una creciente oposición por parte de asociaciones defensoras de los animales, que cuestionan el impacto de estos establecimientos en el bienestar de los gatos. La Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA) y Cats Protection han solicitado la eliminación progresiva de estos negocios, argumentando que pueden causar estrés y problemas de salud en los felinos.
El impacto del entorno de los cafés de gatos en el bienestar animal
Según expertos en bienestar animal, los gatos son criaturas independientes y territoriales que pueden verse afectados negativamente cuando son expuestos constantemente a extraños y obligados a convivir con otros gatos en espacios reducidos. Alice Potter, especialista en bienestar de la RSPCA, señaló que estos lugares no siempre pueden garantizar una buena calidad de vida para los animales. “Nos preocupa profundamente que muchos gatos sean infelices debido a las condiciones en las que se encuentran”, explicó Potter. Además, enfatizó que estos negocios utilizan a los gatos como una forma de entretenimiento sin considerar completamente sus necesidades naturales.
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Las organizaciones defensoras de los animales también han advertido que la falta de regulaciones específicas para estos establecimientos agrava la situación. A diferencia de los refugios o criaderos, los cafés de gatos operan bajo normativas diseñadas para la exhibición de animales, lo que no siempre garantiza las condiciones adecuadas para su bienestar.
Falta de regulación y solicitud de cierre progresivo
La RSPCA y Cats Protection han expresado su preocupación por la ausencia de una supervisión efectiva sobre los cafés de gatos en el Reino Unido. Actualmente, estos locales operan bajo normativas generales de bienestar animal, sin regulaciones específicas que protejan a los felinos de condiciones inadecuadas.
En respuesta a esta situación, ambas organizaciones han solicitado al gobierno británico que deje de emitir nuevas licencias para la apertura de estos establecimientos y que no renueve las licencias existentes. Su objetivo es que estos negocios desaparezcan de manera gradual, evitando un cierre abrupto que pudiera poner en riesgo a los animales involucrados.
Datos recientes indican que hay más de 30 cafés de gatos con licencia en el Reino Unido, y cerca del 44% de estos permisos fueron otorgados en el último año. La rápida expansión de este tipo de negocios ha generado aún más preocupaciones entre los defensores de los animales, quienes advierten que algunos locales podrían estar operando sin la debida supervisión.
Experiencias de cierres en otros países
El debate sobre los cafés de gatos no es exclusivo del Reino Unido. En otros países, estos establecimientos también han sido objeto de controversia, y algunos han tenido que cerrar debido a problemas relacionados con el bienestar animal.
Un caso destacado es el del Lazy Cat Café en Toronto, Canadá, que anunció su cierre definitivo en mayo tras enfrentar acusaciones de maltrato animal y dificultades económicas. Según reportes de medios locales, el café recibió críticas después de que un video en redes sociales mostrara a un gato con espuma en la boca y otros en estado letárgico. Si bien los dueños del café aseguraron que el gato afectado tenía gingivitis y estaba bajo tratamiento, las denuncias generaron preocupación entre el público.
El cierre del Lazy Cat Café también trajo consigo el desafío de reubicar a los gatos que vivían en el establecimiento. Sus dueños declararon que intentarían encontrarles un hogar antes del cierre, pero advirtieron que, en caso de no lograrlo, algunos podrían ser devueltos al refugio del cual provenían e incluso enfrentarse a la eutanasia.
Alternativas a la prohibición total: la postura de los propietarios de cafés de gatos
Si bien las organizaciones defensoras de los animales abogan por la eliminación de los cafés de gatos, algunos propietarios de estos negocios sostienen que la regulación, en lugar del cierre total, podría ser una solución más equilibrada.
Lauren Pears, propietaria de Lady Dinah’s Cat Emporium en Londres, propuso la implementación de medidas como establecer límites de edad para los visitantes, reducir la capacidad de los locales y exigir la contratación de personal capacitado en bienestar animal. Según Pears, estas regulaciones podrían ayudar a garantizar que los gatos vivan en condiciones óptimas sin la necesidad de cerrar todos los cafés de gatos.
Otros empresarios del sector han sugerido que se exijan certificaciones en bienestar animal para quienes deseen abrir este tipo de negocios. De esta manera, podrían asegurarse de que los establecimientos cumplan con altos estándares de cuidado y protección para los gatos.
El argumento de las asociaciones de defensa animal
A pesar de las propuestas de regulación, la RSPCA y Cats Protection insisten en que el problema radica en el concepto mismo de los cafés de gatos. Argumentan que estos lugares alteran la independencia y los ritmos naturales de los felinos, lo que puede generar estrés y afectar su salud.
Para estas organizaciones, la única forma de garantizar el bienestar de los gatos es eliminar gradualmente estos negocios, asegurando que los animales sean reubicados en hogares donde puedan vivir en un ambiente adecuado y con menos factores estresantes.
Un debate en curso
La controversia sobre los cafés de gatos en el Reino Unido continúa, con opiniones divididas entre quienes defienden su existencia con regulaciones más estrictas y quienes abogan por su cierre definitivo. Mientras tanto, la decisión final sobre la continuidad de estos negocios dependerá de la respuesta del gobierno británico a las solicitudes de las organizaciones de protección animal.
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En un mundo donde la preocupación por el bienestar animal es cada vez mayor, el futuro de los cafés de gatos en el Reino Unido sigue siendo incierto. Lo que sí es seguro es que el debate sobre cómo equilibrar el bienestar de los animales con los intereses comerciales de estos negocios seguirá vigente en los próximos años.