Corea del Sur está enfrentando una crisis demográfica alarmante que ha llevado a un notable cambio social, reflejado en la creciente preferencia por las mascotas en vez de la crianza de hijos. Este fenómeno se ha hecho evidente a través de estadísticas que muestran un aumento significativo en el número de hogares con mascotas, que ha pasado de 3,5 millones en 2012 a 6 millones en 2023. Al mismo tiempo, la tasa de natalidad del país ha alcanzado niveles históricamente bajos, con un récord de 0,72 hijos por mujer en 2023, lo que coloca a Corea del Sur como el país con la natalidad más baja del mundo.
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Este descenso en la tasa de natalidad es preocupante, ya que para mantener una población estable se requiere una tasa de al menos 2,1 hijos por mujer. Si esta tendencia persiste, se anticipa que Corea del Sur enfrentará importantes desafíos demográficos en las próximas décadas, incluyendo una posible reducción significativa de su población. A pesar de los esfuerzos del gobierno para incentivar a las parejas a tener más hijos, como incentivos económicos y beneficios sociales, los resultados no han sido los esperados. Cada vez más jóvenes están eligiendo no formar familias y posponiendo la maternidad y paternidad debido a la presión económica y los cambios en los estilos de vida.
Uno de los ejemplos más ilustrativos de este cambio de prioridades es la creciente popularidad de los carritos para perros. Según datos recientes de Gmarket, una de las plataformas de comercio electrónico más importantes de Corea del Sur, las ventas de cochecitos para mascotas superaron por primera vez a las de cochecitos para bebés. En 2021, los cochecitos de bebé representaban el 67% de las ventas, mientras que los cochecitos para mascotas solo lograban un 33%. Sin embargo, en solo dos años, esta balanza se ha inclinado drásticamente hacia los «carros perrunos». Esto no se debe únicamente a que los cochecitos para mascotas suelen ser más asequibles; algunas opciones pueden costar igual o incluso más que los modelos para bebés. Por ejemplo, el Airbuggy, un modelo premium de carrito de perro, puede llegar a costar alrededor de 1.100 dólares (aproximadamente 989 euros).
Este fenómeno de la creciente preferencia por las mascotas se enmarca en un contexto social y económico complejo. El alto costo de vida en Corea del Sur, sobre todo en vivienda y educación, representa un gran obstáculo para las parejas que contemplan tener hijos. Muchas de ellas descubren que mantener un hogar con un solo salario es complicado, lo que les lleva a posponer la idea de la maternidad y paternidad, o incluso a renunciar a ella por completo. En este sentido, el crecimiento en la adopción de mascotas refleja un cambio significativo en los valores de la sociedad surcoreana, donde las mascotas se han convertido en compañeros valiosos que ofrecen afecto y compañía sin las exigencias a largo plazo que implica criar a un hijo. Con un perro, los dueños no deben preocuparse por la educación, los gastos universitarios, ni enfrentar las mismas presiones sociales vinculadas a la crianza humana.
La socialización en torno a las mascotas ha alcanzado tal grado que el trato que reciben en muchos hogares es comparable al de un miembro más de la familia. Los surcoreanos han comenzado a ver a sus mascotas como fuentes de amor y compañía, y en muchos casos, estas ocupan un lugar preeminente en sus vidas. Las exigencias y responsabilidades asociadas a la crianza de hijos, tales como el tiempo, la energía y el financiamiento, son vistas cada vez más como desventajas en comparación con la posibilidad de disfrutar de la compañía de un perro.
Este cambio de prioridades ha generado inquietud en las autoridades de Corea del Sur. El Ministro del Trabajo, Kim Moon-soo, ha expresado su preocupación al señalar que los jóvenes parecen preferir el amor hacia las mascotas en lugar de forjar relaciones humanas significativas que podrían llevar al matrimonio y a la procreación. A pesar de los numerosos esfuerzos gubernamentales por promover las familias y mejorar las condiciones para la crianza, el atractivo de tener mascotas sigue en aumento. Este fenómeno también ha encontrado eco en el ámbito político. Sorprendentemente, el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, que ha declarado una «emergencia demográfica nacional», no tiene hijos. Sin embargo, posee diez mascotas, lo que ha sido interpretado como un indicativo del cambio cultural que se está produciendo en el país.
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El auge del amor por las mascotas en Corea del Sur es un síntoma de una crisis demográfica más amplia, donde las parejas jóvenes enfrentan desafíos económicos significativos y han reconfigurado sus valores y prioridades. Las autoridades y expertos están alarmados ante la disminución de la natalidad y el aumento de la preferencia por las mascotas, ya que eso podría llevar a profundas implicaciones para la estructura social y económica del país en las próximas décadas.