Los veterinarios advierten sobre los riesgos de la nueva normativa de antibióticos
La entrada en vigor del Real Decreto 666/2023, que regula el uso de antibióticos en animales, ha generado una fuerte controversia en el sector veterinario. Profesionales de toda España han alzado la voz para advertir sobre los efectos negativos que esta medida podría tener en la salud animal y el acceso a tratamientos esenciales. Aunque la normativa busca reducir el uso indebido de antibióticos y combatir la resistencia bacteriana, la burocracia y las restricciones impuestas han complicado el trabajo de los veterinarios y han encarecido los tratamientos, afectando tanto a dueños de mascotas como a animales callejeros.
Retrasos en la administración de tratamientos
Uno de los principales problemas que denuncian los veterinarios es la complejidad del proceso para prescribir antibióticos. Antes de autorizar su uso, la normativa obliga a realizar pruebas diagnósticas como cultivos y antibiogramas, lo que puede retrasar el inicio del tratamiento hasta siete días. En casos de infecciones graves, este retraso puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de un animal. Además, cada prescripción debe registrarse en la plataforma PRESSVET del Ministerio de Agricultura, lo que añade una carga administrativa que ralentiza aún más la atención en urgencias veterinarias.
Vea también: Wako y su innovadora tecnología para encontrar mascotas perdidas en minutos
Otro de los aspectos más criticados es la imposibilidad de tratar a perros y gatos que no tienen microchip. La nueva normativa exige que toda receta veterinaria incluya el número de identificación del animal, lo que excluye automáticamente a los animales callejeros y aquellos en proceso de adopción. Esto plantea un dilema ético para los veterinarios, que se ven en la disyuntiva de atender a estos animales sin cumplir con la ley o dejarlos sin tratamiento.
Más trabas y gastos para los propietarios
aumento del coste de los tratamientos
El Real Decreto también ha encarecido la compra de medicamentos de uso veterinario. Antes, los veterinarios podían dispensar la cantidad exacta de antibióticos necesaria para un tratamiento, pero ahora los propietarios deben adquirir cajas completas. Esto no solo supone un gasto mayor, sino que también aumenta el riesgo de automedicación, ya que algunos dueños podrían utilizar los antibióticos sobrantes sin supervisión profesional, agravando el problema de la resistencia bacteriana.
El incumplimiento de la normativa conlleva sanciones que pueden oscilar entre 6.000 y 1.000.000 de euros, dependiendo de la gravedad de la infracción. Los veterinarios han expresado su preocupación por la complejidad de la plataforma de notificación, que incrementa el riesgo de cometer errores administrativos. Esto ha generado un clima de incertidumbre y ha llevado a algunos profesionales a limitar la prescripción de antibióticos para evitar posibles sanciones.
Posibles consecuencias a largo plazo
Las restricciones impuestas por la nueva normativa podrían provocar una reducción en la accesibilidad a tratamientos eficaces para los animales. Si los propietarios encuentran demasiadas barreras económicas o burocráticas para obtener antibióticos, algunos podrían optar por no tratar a sus mascotas, con consecuencias negativas para su bienestar. Además, la sobrecarga administrativa podría llevar a que menos veterinarios se especialicen en enfermedades infecciosas, limitando aún más las opciones de tratamiento disponibles en el futuro.
Ante este panorama, los veterinarios han comenzado a movilizarse para solicitar modificaciones en el decreto. Consideran que es necesario encontrar un equilibrio entre la regulación del uso de antibióticos y la garantía de que los animales reciban la atención necesaria sin que ello suponga una carga excesiva para los profesionales del sector y los propietarios. La petición principal es que se flexibilicen los requisitos para la prescripción en casos de urgencia y que se permita el tratamiento de animales sin microchip bajo determinadas condiciones.
Vea también: Consejos para migrantes con mascotas ante una posible deportación inesperada
Aunque el objetivo del Real Decreto 666/2023 es loable, su aplicación ha generado problemas que ponen en riesgo la salud de muchos animales. La comunidad veterinaria insiste en la necesidad de ajustes que permitan una mejor gestión de los antibióticos sin comprometer la atención de los pacientes. Mientras tanto, los propietarios de mascotas y los refugios de animales deberán afrontar nuevos desafíos para garantizar el bienestar de sus animales en un marco normativo más restrictivo.