Mars Iberia ha presentado un estudio titulado «A Better World for Pets: Radiografía de las mascotas en España», que ofrece una visión detallada de la situación actual de las mascotas y sus tutores en el país. Bajo la premisa de entender mejor la relación entre los seres humanos y sus animales de compañía, este informe se basa en encuestas realizadas a personas que conviven con mascotas en sus hogares. Los hallazgos son reveladores: los perros lideran como la mascota más popular, con un 74% de los encuestados confirmando su presencia en sus hogares, mientras que el 50% tienen gatos. Estas cifras no solo ilustran la tendencia a la tenencia de animales de compañía en España, sino que también destacan las diversidades regionales en la distribución de mascotas, con la particularidad de que el noroeste y el sur del país muestran una mayor población de perros en comparación con el área metropolitana de Barcelona, donde la preferencia se inclina hacia los gatos.
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Uno de los aspectos más interesantes del estudio es el análisis de cómo las personas adquieren a sus mascotas. La mayoría de los tutores adquieren sus animales de compañía a través de amigos o conocidos, un dato que pone de manifiesto la importancia del vínculo social en la tenencia de animales. Además, la contribución de las protectoras de animales es significativa, aunque aún existen diferencias marcadas según el tipo de mascota; por ejemplo, el uso de criadores es más frecuente en la adquisición de perros. Este patrón de adquisición refleja no solo las dinámicas sociales relacionadas con la tenencia de mascotas, sino también la creciente conciencia sobre la adopción responsable y el bienestar animal, lo que podría estar propiciando un cambio en la forma en que los tutores ven a sus mascotas y sus fuentes de origen.
El estudio de Mars Iberia también revela una disparidad en cómo las diferentes comunidades autónomas perciben su «pet-friendliness». La Comunidad de Madrid y Asturias se destacan como las zonas con evaluaciones más altas en cuanto a ser amigables con las mascotas, mientras que Cataluña, especialmente el área metropolitana de Barcelona, muestra un reconocimiento más bajo en esta área. Estas puntuaciones no solo reflejan la infraestructura y los espacios disponibles para mascotas, como parques y zonas verdes, sino que también indican cómo las políticas de la administración local pueden influir en la manera en que las personas consideran su entorno como favorable para sus animales. Con una gran mayoría de propietarios valorando la cantidad de áreas verdes y el impulso de medidas por parte de la administración, se abre la puerta a dialogar sobre cómo mejorar estas condiciones para fomentar la convivencia con mascotas en un entorno urbano.
Un hallazgo preocupante del estudio es que los españoles aún llevan a cabo pocas actividades recreativas con sus mascotas. La mayoría de las ocasiones se limitan a ir de recados o a hacer compras, lo que sugiere que hay un potencial sin explotar para fomentar el ocio conjunto. Esta realidad, combinada con el bajo porcentaje de personas que llevan a sus mascotas al trabajo o que utilizan el transporte público con ellas, podría indicar la necesidad de un cambio cultural hacia una mayor integración de animales de compañía en nuestras actividades diarias. El rechazo experimentado por casi la mitad de los tutores al intentar acceder a establecimientos con sus mascotas es un llamado a la acción para que más lugares consideren políticas más inclusivas, que respeten y acogen a estos animales.
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Mars también ha respaldado este estudio con un análisis global, «Mars Global Pet Parent», que proporciona un contexto más amplio sobre la tenencia responsable de mascotas a nivel internacional. Este estudio destaca variaciones generacionales en la conexión emocional con los animales, reflejando cómo los jóvenes, especialmente las generaciones Z y Millennials, tienden a valorarlos como miembros centrales de su familia. Esta conexión emocional se refrenda en datos que muestran que tanto tutores de perros como de gatos valoran su compañía por el cariño incondicional que ofrecen, lo que refuerza la idea de que las mascotas son fuente de bienestar emocional y social. En conjunto, estos estudios subrayan la importancia de reexaminar no solo cómo integramos a nuestras mascotas en la vida cotidiana, sino también cómo las comunidades, empresas y gobiernos pueden colaborar para crear un entorno más amigable y accesible para todos aquellos que consideran a sus mascotas como parte integral de sus vidas.