Entra en vigor ley que prohíbe la ventas de perros, gatos y conejos en tiendas de NY
La ley «Puppy Mill Pipeline Act», que entró en vigor el 15 de diciembre de 2024 en el estado de Nueva York, marca un hito en la protección de los derechos de los animales. Esta legislación, firmada por la gobernadora Kathy Hochul en diciembre de 2022, prohíbe la venta de perros, gatos y conejos en las tiendas de mascotas de Nueva York. Su objetivo principal es acabar con la compra y venta de animales provenientes de criadores abusivos, conocidos como «puppy mills», que explotan a los animales con fines comerciales, y fomentar la adopción de animales desde refugios.
La ley «Puppy Mill Pipeline Act» tiene como principal objetivo reducir el maltrato animal y promover la adopción responsable de mascotas. En lugar de permitir que las tiendas de animales vendan animales criados en condiciones inhumanas, como los que provienen de los «puppy mills», la ley permite que los refugios de animales alquilen espacio en las tiendas para ofrecer animales en adopción. Este cambio de enfoque busca darles a los animales una oportunidad de encontrar un hogar amoroso, al mismo tiempo que limita la comercialización irresponsable de cachorros y otros animales.
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La gobernadora Kathy Hochul expresó su apoyo a la ley en el momento de su firma, destacando que los perros, gatos y conejos de Nueva York merecen ser tratados con dignidad y respeto. «Estoy orgullosa de firmar esta legislación, que dará pasos significativos para reducir el trato vejatorio y proteger el bienestar de los animales en todo el estado», declaró en su momento.
El impacto de los «puppy mills» en los animales
Los «puppy mills» son instalaciones de cría en masa que se enfocan en la producción de cachorros con fines comerciales. Estos centros suelen operar sin la debida supervisión veterinaria, lo que provoca que los animales vivan en condiciones antihigiénicas, sin espacio adecuado para moverse y sin el cuidado necesario para su salud física y emocional. Los perros nacidos en estos criaderos suelen tener problemas de salud graves, tanto físicos como psicológicos, debido a la falta de socialización, atención médica adecuada y las pésimas condiciones en las que viven.
Según la Humane Society, cada año en Estados Unidos se venden aproximadamente 2.6 millones de cachorros provenientes de estos criaderos. La legislación de Nueva York busca cortar esta cadena de maltrato y frenar el flujo de animales criados en condiciones inhumanas. La ley no afecta a los criadores responsables, que crían a los animales en condiciones adecuadas y los venden directamente a las familias, ni a los refugios de animales, que continuarán siendo una fuente legítima para la adopción de mascotas.
Las reacciones ante la nueva ley
La implementación de la ley no ha estado exenta de controversia. La organización sin fines de lucro «Pet Advocacy Network» presentó una demanda para bloquear la ley, argumentando que la nueva normativa podría afectar negativamente a las pequeñas empresas que dependen de la venta de animales para su sustento. Según esta organización, la ley dificultaría que los neoyorquinos adquieran mascotas de criadores responsables y afectaría negativamente a las tiendas de animales locales, favoreciendo a los «puppy mills» sin licencia que operan en el mercado negro.
Sin embargo, un juez de la Corte Suprema de Nueva York desestimó la demanda, permitiendo que la ley entre en vigor como estaba previsto. Esta decisión refuerza el compromiso del estado con la protección de los derechos de los animales y su lucha contra las prácticas abusivas en la cría de mascotas.
La legislación de Nueva York se une a los esfuerzos de otros estados en los Estados Unidos para erradicar los «puppy mills». De hecho, Nueva York es el quinto estado en aprobar una ley que prohíbe la venta de animales en tiendas de mascotas, después de California, Maryland, Maine e Illinois. Estos estados han tomado medidas similares para proteger el bienestar animal y reducir la explotación de los animales en criaderos comerciales.
A nivel federal, existen leyes que regulan el bienestar de los animales, pero no se enfocan exclusivamente en los «puppy mills». La Ley de Bienestar Animal, promulgada en 1966, establece normas mínimas de cuidado para los animales criados con fines comerciales. Sin embargo, esta ley solo aplica a las instalaciones comerciales a gran escala que crían animales para la venta y no cubre a los criadores pequeños o a aquellos que venden directamente a los consumidores.
Es importante señalar que las leyes sobre los «puppy mills» varían según el estado. Mientras que algunos estados como California y Nueva York han tomado medidas decisivas para prohibir la venta de animales en tiendas, otros estados como Florida y Nuevo México aún no cuentan con legislación específica para regular los criaderos de cachorros. La falta de uniformidad en las leyes a nivel nacional ha llevado a muchos defensores de los derechos de los animales a pedir una legislación federal más estricta que proteja a los animales de la explotación en todo el país.
La nueva ley de Nueva York pone un énfasis significativo en la adopción responsable de mascotas. Al permitir que los refugios alquilen espacio en las tiendas de animales, se fomenta que los animales en busca de un hogar sean adoptados en lugar de comprados. Esta estrategia no solo ayuda a los animales, sino que también promueve una cultura de adopción en lugar de compra, lo que puede reducir la demanda de cachorros criados en condiciones abusivas.
Los defensores de la ley sostienen que este enfoque no solo beneficia a los animales, sino que también educa al público sobre la importancia de adoptar y no comprar mascotas. Las adopciones de refugios proporcionan a los animales una oportunidad de ser parte de una familia amorosa, y al mismo tiempo, reducen la presión sobre los criadores comerciales que a menudo priorizan el beneficio económico sobre el bienestar animal.
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La entrada en vigor de la ley «Puppy Mill Pipeline Act» es un paso significativo hacia la protección de los derechos de los animales en Nueva York. Aunque ha generado debate, la legislación es un avance importante en la lucha contra los «puppy mills» y en la promoción de la adopción responsable de mascotas. La ley refleja un cambio cultural hacia una mayor conciencia sobre el bienestar animal y el rechazo a las prácticas abusivas en la cría de animales. En última instancia, esta ley establece un precedente que podría inspirar a otros estados a seguir el ejemplo de Nueva York en la protección de los derechos de los animales y la promoción de una adopción más ética.