El auge de las tiendas de mascotas: Un fenómeno demográfico y cultural
En los últimos años, el auge de las tiendas de mascotas ha transformado el paisaje urbano en muchas ciudades. Este fenómeno no solo refleja un cambio en los patrones de consumo, sino también una evolución en la relación entre las personas y sus animales de compañía. Razas Pet, Super Zoo y otras cadenas han proliferado en barrios como Providencia, en Santiago de Chile, o El Born, en Barcelona, donde la vida en departamentos ha fomentado un vínculo más cercano entre humanos y sus “perrijos” o “gatijos”.
En ciudades como Barcelona, los perros han pasado de ser simples mascotas a convertirse en miembros de la familia. Durante una pasantía en 2016, el autor observó cómo las calles del Born se llenaban de personas paseando a sus perros al caer la tarde. Este fenómeno, que podría parecer anecdótico, es en realidad un reflejo de un cambio demográfico: la caída en las tasas de natalidad y el aumento de hogares unipersonales han hecho que muchas personas opten por adoptar mascotas, llenando el vacío que antes ocupaban los hijos.
Un patrón similar se observa en Santiago, especialmente en Providencia, donde la población canina ha crecido notablemente. A las siete de la tarde, las calles se llenan de personas paseando a sus perros, replicando las dinámicas observadas en el Born. Este cambio ha generado no solo nuevas costumbres, sino también una oportunidad para la industria del consumo.
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Razas Pet y Super Zoo son ejemplos claros de cómo las mascotas se han convertido en un motor económico. Estas tiendas no solo ofrecen alimentos y juguetes, sino que también comercializan productos premium como estaciones de ejercicio para gatos y jaulas de transporte futuristas. Incluso, algunos alimentos para mascotas rivalizan en calidad con los destinados a humanos.
En Providencia, estas tiendas parecen haberse multiplicado de forma similar a las farmacias en años anteriores. Un breve recorrido por Google Maps confirma que estas cadenas están concentradas en zonas de mayor poder adquisitivo, lo que sugiere que el fenómeno está relacionado tanto con la demografía como con el nivel económico de los habitantes.
El crecimiento del mercado de productos para mascotas no se limita al ámbito económico; también está transformando la cultura popular. En el pasado, fenómenos demográficos como el Baby Boom o la Generación X dieron origen a nuevas categorías sociales, como la adolescencia o los solteros urbanos, que a su vez influyeron en la literatura, el cine y la música.
Hoy, algo similar podría estar ocurriendo con las mascotas. La proliferación de tiendas especializadas y productos premium sugiere que los perros y gatos están dejando de ser simples animales de compañía para convertirse en sujetos culturales. No sería extraño que pronto veamos series de televisión, listas de música en Spotify o incluso eventos sociales dedicados exclusivamente a ellos.
Aunque el auge de las tiendas de mascotas es un fenómeno global, tiene características únicas en cada lugar. En Barcelona, por ejemplo, la alta densidad de perros en barrios como el Born se debe en parte a la estructura urbana, que facilita los paseos y el contacto social. En Santiago, en cambio, la expansión de cadenas como Razas Pet y Super Zoo está más relacionada con el aumento de departamentos y la desaparición de perros callejeros en comunas como Providencia.
Este fenómeno también refleja un cambio en las prioridades de las personas. Cada vez más, las mascotas son vistas como miembros de la familia, lo que lleva a un mayor gasto en su bienestar. Esto incluye no solo alimentos y juguetes, sino también servicios como seguros de salud, entrenamiento y cuidado estético.
El auge de las tiendas de mascotas plantea tanto desafíos como oportunidades. Por un lado, el aumento en el consumo de productos para mascotas puede tener un impacto ambiental significativo, especialmente en términos de empaques y desechos. Por otro lado, también representa una oportunidad para fomentar prácticas más sostenibles, como la adopción responsable y el uso de productos ecológicos.
Además, este fenómeno podría ser una oportunidad para repensar las políticas públicas relacionadas con las mascotas. En ciudades como Santiago y Barcelona, donde las mascotas están cada vez más integradas en la vida urbana, sería útil implementar medidas que fomenten la convivencia responsable, como áreas verdes adaptadas y campañas de educación sobre tenencia responsable.
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El auge de las tiendas de mascotas es solo una parte de un fenómeno más amplio que está transformando la relación entre humanos y animales. A medida que las mascotas se convierten en miembros de la familia, es probable que veamos más cambios en la cultura y la economía. Desde productos innovadores hasta nuevas formas de entretenimiento, las posibilidades son infinitas.
En última instancia, este fenómeno nos invita a reflexionar sobre cómo queremos convivir con nuestras mascotas en el futuro. ¿Será posible equilibrar el amor por los animales con la sostenibilidad? ¿Cómo podemos garantizar que todas las mascotas, no solo las de hogares acomodados, tengan una vida digna? Estas son preguntas que debemos abordar mientras continuamos adaptándonos a este nuevo paradigma.