Casas pet friendly ganan terreno en el mercado inmobiliario ecuatoriano
En Ecuador, el sector inmobiliario atraviesa una transformación significativa, marcada por una tendencia cada vez más evidente: la búsqueda de hogares pensados no solo para los humanos, sino también para sus mascotas. Esta evolución refleja un cambio cultural en el que los animales de compañía pasan a ocupar un lugar central en la vida cotidiana de muchas personas, influyendo incluso en sus decisiones de compra más importantes.
Esta tendencia ha sido confirmada por un reciente estudio elaborado por Marketwatch y Plusvalía, en el que participaron 2.000 personas de seis países latinoamericanos: Ecuador, Brasil, México, Panamá, Perú y Argentina. Uno de los datos más llamativos de esta investigación es que el 80% de los encuestados convive con al menos una mascota. Dentro de ese grupo, el 70% afirma que encontrar una vivienda adecuada tanto para ellos como para sus animales representa un verdadero desafío.
El auge de los ‘perrihijos’ y su impacto en el diseño urbano
El concepto de ‘perrihijo’ —una expresión cada vez más común que alude al trato casi filial que muchas personas otorgan a sus mascotas— está dejando huella en las dinámicas de consumo y estilo de vida. Hoy en día, no basta con que una vivienda sea funcional o esté bien ubicada; también debe ofrecer condiciones que garanticen el bienestar de los animales.
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En este contexto, los desarrollos inmobiliarios pet friendly están ganando protagonismo. Se trata de proyectos que integran en su diseño espacios especialmente destinados para el esparcimiento, cuidado y socialización de mascotas. Estas iniciativas no solo responden a la demanda del público joven y urbano, sino que también constituyen una estrategia comercial para diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo.
El fenómeno no es exclusivo de Ecuador. En Panamá, por ejemplo, el proyecto residencial Dovle ha llamado la atención por ofrecer instalaciones tan diversas como un hotel para mascotas, estudios de grabación, aulas inteligentes y espacios sociales modernos. Con el 90% de sus unidades vendidas, este edificio representa un ejemplo exitoso de cómo la innovación inmobiliaria puede conectar con públicos emergentes, como los creadores de contenido y los propietarios de mascotas.
espacios más pequeños, familias diferentes
Otro de los factores que influye en esta nueva tendencia es la transformación del concepto de familia. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de Ecuador, los hogares del país tienden a tener menos integrantes. Aun así, el vínculo afectivo con los animales se intensifica: en 1,3 millones de hogares con niños menores de 12 años hay perros y gatos, y más de 730.000 tienen exclusivamente perros.
Este cambio se alinea con lo que señala Germán Carvajal, gerente de la División Inmobiliaria de Marketwatch, quien observa que, aunque las familias siguen creciendo en número, cada vez están formadas por menos personas. Esto ha provocado que la demanda se incline por viviendas más compactas, pero que no escatimen en funcionalidad ni comodidad, tanto para humanos como para sus animales.
La adaptabilidad del espacio se vuelve entonces un criterio clave. Las nuevas viviendas deben permitir una convivencia armónica entre personas y mascotas, lo que implica desde acabados resistentes y patios seguros hasta zonas verdes y áreas comunes adaptadas.
Tecnología, seguridad y sostenibilidad: Tres pilares del hogar moderno
La evolución del concepto de vivienda ideal no solo pasa por el tamaño o la inclusión de servicios pet friendly. La tecnología también está marcando el ritmo de las nuevas exigencias del mercado. De acuerdo con el mismo estudio, un 65% de los ecuatorianos prefiere hogares equipados con sistemas de automatización, especialmente aquellos relacionados con la seguridad.
Las cámaras de vigilancia, cerraduras digitales y luces automáticas figuran entre las funcionalidades más valoradas. Esta inclinación hacia la domótica refleja una mayor preocupación por la protección del hogar, así como un deseo de comodidad y eficiencia energética.
En esta línea, el uso de energías renovables, especialmente la instalación de paneles solares fotovoltaicos, comienza a adquirir protagonismo. Ecuador enfrentó recientemente serios problemas de estiaje, lo que ha motivado a muchas personas a buscar soluciones energéticas más sostenibles y autosuficientes.
Por otro lado, el creciente interés por la sostenibilidad también se refleja en la elección de materiales y acabados ecológicos, así como en la preferencia por desarrollos inmobiliarios que contemplen prácticas amigables con el medio ambiente.
Mujeres jóvenes, influencers y la digitalización del mercado
Un dato particularmente interesante del estudio es que las principales usuarias de plataformas como Plusvalía son mujeres entre 24 y 35 años. Este segmento poblacional tiene un papel fundamental en la redefinición del mercado inmobiliario, no solo por su capacidad de compra, sino por su visión más integral del hogar, en la que prima el equilibrio entre funcionalidad, estética y bienestar animal.
Además, muchas de estas mujeres trabajan en sectores creativos o como generadoras de contenido digital. Para ellas, el hogar no solo es un lugar para vivir, sino también un escenario para crear, compartir y emprender. Este fenómeno ha motivado a algunos proyectos, como el ya mencionado Dovle, a diseñar espacios adaptados a las necesidades de los influencers, incluyendo estudios de grabación y zonas para coworking.
La digitalización también ha revolucionado la forma en que se buscan propiedades. Las redes sociales, especialmente Facebook e Instagram, se han posicionado como canales clave para conocer nuevas ofertas, visualizar recorridos virtuales e incluso contactar directamente con agentes inmobiliarios. TikTok, por su parte, empieza a emerger como una plataforma prometedora para la promoción de inmuebles, especialmente entre el público más joven.
La tendencia pet friendly en el mercado inmobiliario ecuatoriano no es una moda pasajera, sino el reflejo de un cambio estructural en las prioridades de los compradores. El hogar del futuro no será solo un espacio donde vivir, sino un entorno que responda a los valores, estilos de vida y afectos de quienes lo habitan.
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Empresas del sector deberán asumir el reto de diseñar productos más personalizados, funcionales y emocionalmente conectados con sus públicos. Esto implica comprender profundamente las motivaciones del consumidor actual: su amor por las mascotas, su búsqueda de seguridad, su deseo de sostenibilidad y su dependencia de la tecnología.
En definitiva, los proyectos que logren integrar estos factores de forma coherente tendrán una ventaja competitiva clara. Y, lo más importante, contribuirán a construir ciudades más inclusivas, sensibles y preparadas para los desafíos de la vida moderna.
