En un giro sorprendente, Toyota ha anunciado que se despide de su emblemático motor V8 turbodiésel. Este bloque de ocho cilindros en V, que ha sido parte integral de las pick ups y SUV medianos-grandes de la marca, enfrenta su última etapa debido a las normas anticontaminantes más estrictas que se avecinan.
El último rugido del V8
El motor V8 de Toyota ha sido un símbolo de potencia y robustez durante décadas. Sin embargo, las regulaciones ambientales han llevado a la marca a tomar una decisión audaz: dejar atrás este icónico impulsor. Aunque el V8 solo se ofrecía en mercados selectos, su desaparición marca el fin de una era.
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Australia lidera el camino
Australia será el primer mercado en decir adiós al V8. Las inminentes normas de emisiones del Gobierno Federal han dejado al motor en desventaja. Según informes, el V8 del LandCruiser Serie 70 emite tres veces más contaminación que un Toyota Corolla híbrido y un 35% más que una pick up diésel como la Toyota Hilux. Por lo tanto, naturalmente, fue el primero en abandonar la línea de producción.
El sucesor: un motor más pequeño pero igual de capaz
El turbodiésel de cuatro cilindros de 2.8 litros, presente en la Toyota Hilux y SW4, asumirá el papel de reemplazo. Aunque produce 1.5 CV menos de potencia que el V8, ofrece 70 Nm más de torque y es más respetuoso con el medio ambiente. Este motor compacto y eficiente se adapta a las nuevas exigencias sin sacrificar el rendimiento.
El legado del V8
El V8 de Toyota deja una huella imborrable en la historia automotriz. Su rugido característico y su fuerza inquebrantable quedarán en la memoria de los fanáticos. A medida que avanzamos hacia una era de motores más limpios y eficientes, el V8 se despide con honor, dejando espacio para nuevas tecnologías y desafíos.