El reciente informe de Freddie Mac sobre el mercado hipotecario en Estados Unidos revela una tendencia preocupante: las tasas hipotecarias han vuelto a aumentar, acercándose al 7 por ciento. Según el economista jefe de la firma, Sam Khater, esta subida está consolidada en un contexto donde la demanda de compra de viviendas se mantiene estancada, lo que indica un debilitamiento en el mercado inmobiliario.
A pesar de que el inventario de casas en venta ha aumentado ligeramente, las tasas de interés altas han tenido un impacto significativo en la actividad de construcción de nuevas viviendas, lo que podría limitar aún más el acceso de los compradores a ofertas adecuadas y asequibles.
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Concretamente, el promedio de la hipoteca a tasa fija a 30 años (FRM) se sitúa ahora en 6.84 por ciento, en comparación con el 6.78 por ciento de la semana pasada y con un promedio del 7.29 por ciento en el mismo periodo del año anterior. Para las hipotecas a 15 años, la situación es similar, con un promedio que ha subido a 6.02 por ciento desde el 5.99 por ciento en la semana anterior.
En contraste, hace un año, la tasa promedio para esta categoría era del 6.67 por ciento. Estos aumentos pueden desincentivar a los potenciales compradores, quienes deben considerar la mayor carga financiera que implican tasas de interés más altas en sus pagos mensuales.
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El reporte se enfoca en préstamos convencionales de compra de vivienda, que son accesibles para prestatarios que cumplen ciertos criterios de elegibilidad, incluida la exigencia de un pago inicial del 20 por ciento y un historial crediticio sobresaliente. La realidad de las tasas hipotecarias más elevadas contrasta notablemente con el panorama del año pasado, donde los números eran más favorables para los compradores, lo que sugiere que las condiciones actuales del mercado podrían afectar no solo el volumen de ventas de vivienda, sino también la estabilidad económica general de las familias que enfrentan decisiones difíciles sobre dónde y cómo vivir.
Así, el escenario que se dibuja para los próximos meses es de incertidumbre, donde la esperanza de una recuperación en el sector inmobiliario depende de la evolución de las tasas de interés y su impacto en la confianza del consumidor.