Kohl’s, la cadena estadounidense de grandes almacenes, ha enfrentado resultados financieros desalentadores en su tercer trimestre fiscal, que concluyó el 2 de noviembre. Con beneficios netos de solo 22 millones de dólares (21 millones de euros), la compañía reportó una disminución significativa del 62,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este decrecimiento se refleja en un contexto más amplio donde, en los primeros nueve meses del año fiscal, Kohl’s experimentó una caída del 53,4% en sus ganancias, totalizando 61 millones de dólares (58,2 millones de euros). Las cifras son indicativas de las dificultades que enfrenta la empresa, que ya ha ajustado sus pronósticos para el resto del año.
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Los ingresos de Kohl’s también han mostrado una notable contracción, cayendo un 8,5% hasta 3.710 millones de dólares (3.537 millones de euros) en el tercer trimestre. Este descenso puede atribuirse a varios factores, incluyendo cambios en las preferencias del consumidor y la presión causada por una inflación más alta, que afecta el poder adquisitivo de los clientes. Aunque Kohl’s ha reportado ingresos adicionales de otras áreas, como las ventas de Sephora, la contribución positiva de estos segmentos no ha sido suficiente para contrarrestar la disminución en su negocio principal. Además, a pesar de los esfuerzos de la empresa para diversificar su oferta, la caída en las ventas refleja un panorama competitivo desafiante en el retail, donde muchos consumidores están optando por gastar de manera más cautelosa.
En cuanto a los costos, Kohl’s ha visto una reducción del 7,3% en sus gastos totales, registrando 3.612 millones de dólares (3.443 millones de euros). Sin embargo, el esfuerzo por contener gastos no parece haber ayudado a revertir la tendencia negativa en sus ventas. Tom Kingsbury, el CEO de Kohl’s, reconoció que los resultados no cumplieron con las expectativas de la organización, a pesar de los avances en algunas áreas clave como la decoración del hogar y el lanzamiento de tiendas Babies ‘R’ Us en ciertos establecimientos. Su mensaje sugiere que, aunque hay sectores en crecimiento, no son suficientes para compensar la caída general en ventas.
Respecto a las perspectivas a futuro, la compañía ha revisado sus expectativas de ventas a la baja para el total del año fiscal, proyectando una disminución aproximada del 7% al 8% en comparación con 2023. Este cambio se debe, en parte, a que el año fiscal 2024 cuenta con una semana menos que el anterior, lo que impacta en la comparación anual. La empresa también ha señalado que espera que las ventas comparables se mantengan entre un 6% y un 7% por debajo de los niveles previos. Este ajuste en las expectativas es un indicativo claro del reto que enfrenta Kohl’s en un entorno de retail competitivo y desafiante.
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A pesar de los resultados decepcionantes, Kohl’s sigue adelante con el pago de un dividendo trimestral de 0,50 dólares (0,48 euros) por acción, programado para el 24 de diciembre. Esta decisión puede ser vista como un intento de mantener la confianza de los inversores, al tiempo que la dirección de la compañía se prepara para un cambio de liderazgo con la salida de Kingsbury en enero de 2025. Ashley Buchanan asumirá el cargo, lo que sugiere que Kohl’s podría estar buscando una nueva dirección estratégica para abordar la caída de ventas y revitalizar su negocio en un mercado que continúa evolucionando rápidamente. En conjunto, los datos financieros y las declaraciones de los ejecutivos reflejan la necesidad urgente de Kohl’s de implementar medidas efectivas para revertir la tendencia actual y adaptarse a las necesidades de sus consumidores.