El impacto de las elecciones presidenciales de EE.UU. en los mercados financieros es un fenómeno que ha sido ampliamente estudiado y discutido en el ámbito de las finanzas y la economía. Ryan Nauman, estratega de mercado de Zephyr, ha llevado a cabo un análisis exhaustivo de las cifras históricas que revelan cómo los resultados de las elecciones influyen en el comportamiento del mercado, especialmente en el índice S&P 500, un referente clave que agrupa a las 500 empresas más grandes de EE.UU.
Este índice ha mostrado rendimientos notoriamente positivos durante los años de toma de posesión, independientemente de la afilicación política del presidente en funciones. Según Nauman, los datos demuestran que durante los años de asunción presidencial, el S&P 500 ha tenido resultados que superan el 20% en términos de rendimiento, lo que sugiere que, más allá de los cambios políticos, hay factores de fondo que sostienen el crecimiento del mercado.
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Nauman subraya que, a lo largo de los últimos 12 ciclos electorales analizados, se han observado cuatro años específicos en los que el índice S&P logró rendimientos extraordinarios, alcanzando o superando el 30%. Estos años (1985, 1989, 1997 y 2013) incluyen presidencias de ambos partidos, lo cual refuerza la idea de que más allá de la política, factores como el clima económico general y las ganancias corporativas juegan un papel crucial en la determinación del rendimiento del mercado. Este análisis invita a una reflexión más profunda sobre el papel que juegan las expectativas de los inversores y su percepción del futuro económico al momento de tomar decisiones de inversión. A menudo, es esta percepción la que mueve los mercados más que los acontecimientos políticos en sí.
Además, la investigación de Nauman también destaca el rendimiento del mercado bajo diferentes administraciones. La presidencia de Bill Clinton, por ejemplo, estuvo acompañada de un crecimiento sólido del S&P 500, con un rendimiento del 15.2%, seguido por el mandato de Barack Obama con un 13.8%. En contraste, el mandato de Donald Trump también resultó en un respectable 13.7%. Estos datos sugieren que, aunque hay variaciones en el rendimiento entre administraciones, los mercados tienden a mantener una trayectoria de crecimiento a largo plazo impulsada por factores económicos subyacentes que van más allá de la política, como las políticas fiscales, el estado del empleo y la confianza del consumidor.
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Ryan Nauman en el Zephyr Election Playbook reitera que, si bien las elecciones presidenciales de EE.UU. pueden influir en los mercados financieros, es fundamental entender que el contexto económico más amplio y las condiciones del mercado juegan un papel más decisivo en el rendimiento de las acciones y bonos. Este entendimiento se vuelve esencial para los inversores que, al evaluar sus estrategias de inversión en un entorno electoral, deben considerar no solo quién ocupará la Casa Blanca, sino también cómo las políticas y la economía global impactarán el mercado en su conjunto. La historia indica que los mercados son resilientes y que, al final, tienden a ajustar sus expectativas hacia un crecimiento sostenido, independientemente de las fluctuaciones políticas.