Según publica Supermarketnews. La última encuesta de Gallup revela un panorama preocupante para los sectores de supermercados y restaurantes en Estados Unidos, donde se ha registrado una desaceleración notable en la percepción positiva de los consumidores. Tradicionalmente, los estadounidenses han manifestado una percepción favorable sobre la industria alimentaria, con un promedio de 52% de opiniones positivas desde el inicio de las clasificaciones en 2001. Sin embargo, los resultados más recientes indican un drástico cambio en las emociones del público, reflejando un 47% de respuestas negativas en comparación con solo un 33% de respuestas positivas. Este cambio tan pronunciado, especialmente en un contexto donde la insatisfacción con estos sectores ha sido más la excepción que la norma, sugiere una acumulación de problemas que están afectando la confianza de los consumidores en sus proveedores de alimentos.
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Examinando más de cerca las razones detrás de esta caída en la aprobación, se destaca que la inflación y los altos precios de los alimentos continúan siendo factores determinantes. Aunque los últimos datos de la Oficina de Estadísticas Laborales sugieren una estabilización de la inflación en el hogar, donde se ha observado un aumento interanual relativamente bajo de 0,9%, la percepción de la inflación parece estar influenciada por la continua subida de precios en el sector de la restauración, que aún se encuentra un 4% más elevado que hace un año. Este desajuste en las expectativas entre los precios en casa y los de fuera indica que, a pesar de una leve contención en los precios de los supermercados, la experiencia de pago en restaurantes sigue generando preocupación entre los consumidores, quienes están revaluando sus hábitos de compra y comida fuera de casa.
Además de los problemas de costos, las recientes crisis de seguridad alimentaria han contribuido a un declive en la confianza. Con el brote de Listeria asociado a productos de charcutería, que ha resultado en múltiples muertes y retiradas de productos, los consumidores están más atentos a la seguridad de los alimentos que consumen. Este tipo de incidentes no solo ocasiona una preocupación inmediata sobre la seguridad alimentaria, sino que también daña la reputación de las marcas implicadas y, por extensión, a toda la industria. A medida que más personas se vuelven conscientes de estos problemas, es probable que opten por alternativas más seguras o pasen menos tiempo en lugares de comida, alimentando aún más un ciclo de insatisfacción.
Este cambio en la percepción de los supermercados y restaurantes también coincide con un cambio más amplio en el panorama minorista. La encuesta de Gallup evaluó 24 categorías diferentes, y mientras el sector deportivo ganó popularidad, los ámbitos editorial, alimentario y de restauración vieron una marcada disminución del apoyo. Este contexto sugiere que los sectores afectados no solo están lidiando con sus propios problemas, sino que también podrían estar perdiendo ante industrias que logran adaptarse mejor a las nuevas expectativas de los consumidores.
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La última encuesta de Gallup señala un cambio alarmante en las actitudes hacia los supermercados y restaurantes en Estados Unidos. Factores como la percepción de la inflación, la seguridad alimentaria y la competencia de otras industrias están jugando un papel crucial en este cambio de sentimientos. A medida que los consumidores se vuelven más críticos y selectivos en sus elecciones, será vital que los sectores de alimentos y restaurantes tomen medidas proactivas para abordar estas preocupaciones y recuperar su imagen ante el público. Sin un enfoque claro para restaurar la confianza del consumidor, estos sectores podrían enfrentar un futuro complicado, afectando no solo sus ingresos, sino también el bienestar general de la economía alimentaria en el país.